Hay aspiraciones, sí las hay, pero yo vivo el día a día, me gusta disfrutar la comida, sin pensar en lo que voy a cenar en la noche. Para poder llegar a ese objetivo hay que seguir sirviendo todo el tiempo, subrayó Edgar Liborio Vidal Aguilar en entrevista donde deja ver al hombre detrás del político.
El empresario y político yucateco recibió a Punto Medio Excelsior en sus oficinas corporativas en periférico, para hablar sobre su familia, su vida, sus gustos, temores y aspiraciones.
La primera pregunta fue su fecha de nacimiento: ¿cuándo y dónde nace?, a lo que él respondió con una sonrisa y otra pregunta ¿pero no tengo que decir el año verdad?, 27 de abril de 1963, en mi querida ciudad de Valladolid, Yucatán.
Recordó que su primaria, secundaria y preparatoria la estudió en la Perla del Oriente, lugar que guarda muchos recuerdos para él y donde pasó los mejores años.
“En el bachillerato, entre los 15 y 18 años de edad, fue una época muy bonita en donde se consolidé muchas amistades, actualmente algunos están fuera de Yucatán, otros fuera del país pero nos seguimos comunicando y nos reunimos de vez en cuando”, comentó.
Una de las anécdotas que más recuerda de esos años fue cuando organizó una carrera de motos, las chicas lo esperaban en el parque pero jamás llegó debido a que se accidentó y fue a parar al hospital. En otra ocasión contendió para dirigir la sociedad de alumnos de la preparatoria, sin embargo, no ganó. “Ahí comenzó mi gusto por la política”.
Vidal Aguilar está casado con la señora Susana Cañeto Aguilar, hace 29 años, con quien procreó cuatro hijos: Susana, Jimena, Liborio y Emilio que como dice él es su “xtup” y con quien trata de pasar todos sus ratos libres.
“Mis hijas, una se llama Susana y la otra Jimena, mi hijo Liborio de 18 años y Emilio de 11 años, ya tengo dos nietas, abuelo joven eh!, Luciana y Loreta”.
“Afortunadamente viven mis padres, ambos tienen 86 años y de ellos aprendí a trabajar, mi padre me enseñó a trabajar, desde los 11 años de edad ya estaba atendiendo en el mostrador en la tienda de abarrotes, ya que mi padre fue abarrotero por 50 años y ahí estaba entre la mayonesa y los cigarros”.
Ahí comenzó su vida empresarial pues su padre le enseñó muy bien la cultural del trabajo y con su apoyo emprende su primer negocio.
A partir de eso un grupo de amigos empresarios le invitan a formar parte de la directiva de la Cámara de Comercio, de donde fue vicepresidente.
Desde que estaba en la secundaría comenzó el cosquilleo por la política, en esa época se integra a la sociedad de alumnos; luego, en la preparatoria contendió pero tampoco ganó, ahí inició su vida política y el gusto por hacer y cultivar amistades, “me considero amiguero, siempre he tenido muy buenas amistades,”.
Su primer cargo político fue como presidente del comité municipal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en Valladolid.
Fue presidente municipal de Valladolid en el periodo 1991-1993, fue diputado local por el distrito XII, en 1994, y de 1995 a 1998 fue subsecretario de gobierno con Víctor Cervera Pacheco, a finales de ese año vuelve a ser diputado local pero ahora por el distrito XI.
En el 2007 fue Secretario de Desarrollo Social, del 2009 al 2012 fue diputado federal por el primer distrito, tres años se dedicó de lleno a su negocio y actualmente tiene la primera demarcación federal.
Para él no ha sido fácil combinar su vida personal con su negocio y la política, recuerda que cuando fue alcalde se fue prácticamente a vivir al Palacio Municipal, le gusta mucho la convivencia con la gente y apoyarla en lo que más necesite.
“No es fácil, mi hijo Emilio me reclama mucho, y me duele el no poder pasar más tiempo con él, pero siempre que hay oportunidad paso el tiempo con él, jugamos fútbol, lo llevo al cine o a comprar un helado”, expreso.
Cuenta con el total respaldo de su esposa quien se ha encargado de la formación de sus hijos, y a pesar de que ha habido reclamos por tanto trabajo, siempre está ahí para apoyarlo.
Edgar Liborio se declaró católico, no cree en el karma y en la reen- carnación, sin embargo, le teme a la muerte y a la cárcel. Exactamente a la forma de morir.
Le gusta mucho la vida y lo que más disfruta de ella es el poder ayudar a la gente, “servir a la gente es una de mis pasiones y lo puedo hacer desde cualquier lugar en que me encuentre, los yucatecos somos solidarios, por eso los políticos debemos y tenemos esa doble responsabilidad, ser sensibles y apoyar”.
Al cuestionarlo sobre la justicia, comentó que ésta debe ser imparcial y pareja tanto para ricos como para pobres y que el influyentismo no debe hacer ganar o perder un caso, “Yucatán es uno de los estados donde se imparte mejor la justicia”.
Casi al final de la entrevista confesó que su comida favorita es el frijol con puerco y el puchero, “lo que más extraño de mi linda madre es un empanizado de puerco con frijol cabax, rábano, cilantro y lechuga”.- Elena Martín López