Vestido con vaqueros, jersey gris y un lenguaje entrecortado, el considerado gran visionario de la última década mostró su plan de energía limpia para, en sus propias palabras, salvar el planeta. Elon Musk mostró una nueva batería para casa, el Powerwall 2, de 5.500 dólares, o 119.000 pesos en México, en el primer evento de Tesla, su empresa de coches y baterías, y Solar City, la compañía de energía solar.
A continuación sorprendió con un techo solar que no lo parecía. Las propias casas de la Universal City lo tenían integrado sin que nadie lo percibiese. Cada una de las láminas que parecen pizarra son diferentes, distintas. No se trataba de un tejado tradicional y encima las habituales células, sino de una solución completa que cumple ambas funciones, la del techo y la de los paneles solares que existían hasta ahora.
“Si tienes una casa nueva o quieres renovar tu tejado, es el momento de optar por esta solución”, insistió Musk. Considera que los barrios no solo serán más bonitos, sino más limpios y eficientes. “No es algo que solo te beneficie a ti, también a los vecinos. A los primeros que lo pongáis, os digo que llevéis a vuestros amigos a verlo y que también lo instalen”, dijo dirigiéndose a los poco más de 200 invitados, en su mayoría fieles a la firma desde el principio, que abarrotaban una plaza de pueblo falsa. Todo era un escenario de Hollywood, una población ideal que sirvió a Tesla para adaptar los hogares de las películas a su casa piloto.
Tras la presentación con invitados e inversores, de apenas 20 minutos, Musk tuvo un encuentro con preguntas abiertas, sin restricciones, distendido en la parte trasera de una de las casas modificadas, simulando una barbacoa entre amigos. Tesla es diferente también en la forma en que comunica. El visionario reveló algunos detalles, como que en el verano 2017 comenzarán a repartir estas nuevas tejas cuyo material básico es el cristal. El argumento fue muy en su línea: “Mira las catedrales, duran para siempre, las casas no. El cristal es duradero y aguanta bien”.
En ocasiones, con Tesla, resulta difícil discernir entre lo que es artificio y la realidad. La pregunta fue directa, ¿cuánto relevante es este anuncio? “Los próximos cinco millones de casas deberían llevar esto. SolarCity nos permite ofrecer esta solución. Es más barato, más duradero y fácil de instalar. No veo otra solución mejor”, subrayó Musk.
Musk se esmera en derribar el muro de escepticismo que industria energética ha construido a su alrededor. “El cristal utilizado recuerda al que se usa en algunos monitores de ordenadores para mantener la privacidad. No es exactamente polarizado, pero sería una buena explicación”, relató con tono didáctico.
El nuevo Powerwall, su batería doméstica, estará a la venta ya en diciembre. “Vamos a intentar hacer tantas como podamos, pero nos cuesta dar abasto. La demanda es alta. No produciremos a escala hasta el año que viene”, reconoció.
Búfalo será uno de los lugares piloto por estar cerca de la fábrica donde hacen los paneles. Espera tener una adopción más temprana y activa allí. A pesar de la insistencia, Musk no dio precios concretos. “Dependerá del tamaño de cada casa, no os lo puedo decir”, se defendió.
No faltó en primera fila, con su esbelta figura, pelo blanco, cazadora marrón y una lata de coca cola light, su madre Maye Musk, toda una sensación en lnstagram. Desde las cuatro de la tarde, un serpetín de Teslas peregrinaba con la ladera de Universal City para ir al encuentro del nuevo mago de la tecnología. El trono de Steve Jobs hoy lo ostenta Elon Musk.