Didier Ucán Canto
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La vida en un orfanato puede ser difícil, crecer sin figuras paternales y a lado de bastantes niños en la misma situación solo hace florecer la esperanza de vivir algún día en una familia feliz. Las reglas en el lugar son simples, nadie debe acercarse a los muros que delimitan el lugar por ningún motivo y aunque parece extraño todos obedecen.
Ahí mientras los días pasan entre juegos, canciones y atenciones la encargada del orfanato, a la cual los niños llaman Mamá, les tiene una noticia: Conny de 4 años va a ser adoptada el día de mañana.
Todos se sorprenden y terminan felicitando a la pequeña, esperan que la familia que la adopte la trate muy bien y pueda crecer para lograr eso que siempre ha soñado. El día llega y Conny se despide de todos y parte a conocer a su nueva familia. Sin embargo, ha dejado en la sala su conejo de peluche, ese que lleva a todos lados y de la que es inseparable. Emma y Norman, dos de los niños más inteligentes y mayores del orfanato deciden alcanzarla antes de que llegue al muro.
Cuando llegan, las puertas del muro se han abierto y aunque no hace mucho que se han ido no encuentran rastros de Mamá y de Conny. Después de buscar un poco Emma encuentra a Conny. Su cuerpo yace inerte en la parte trasera de un camión. Los ruidos de Norman y Emma han atraído a unos extraños que salen de unas puertas a un costado del lugar, los niños para no verse en apuros por romper las reglas se esconden debajo del camión. Ambos se sorprenden cuando ven salir unos monstruos que ni el mismo Lovecraft pudiera describir. Ahí se enteran de la terrible verdad… el orfanato es una granja de carne humana y Mamá lo sabe todo.
A partir de ahora Norman, Emma y Ray (otro de los niños más grandes) buscarán la manera de escapar de la granja y de su terrible destino. Esa la historia que cuenta The Promised Neverland la adaptación de un manga que puede ser visto en Crunchyroll.
Sus personajes no son planos y no se encasillan en el estereotipo de bueno o malo, y sus matices son enriquecedoras para la trama que cuenta. El argumento está bien pensado y el esmero en los detalles para contar la historia termina por sorprender cuando llega la resolución que parece sin sentido pero que en realidad se han dejado pistas a lo largo del desarrollo de toda la serie.
No trata al espectador como tonto y lo invita a pensar en los posibles giros argumentales logrando un interés genuino en su historia. ¿Podrán los niños escapar de la granja? ¿Descubrirán como la humanidad ha llegado a ese punto? Quedan muchas preguntas por hacerse que solo se resolverán viendo la serie que tendrá una segunda parte en este 2020.