TIEMPO DE ESCRIBIR / CERO Y VAN 3

Armando Escalante

Periodista y analista político Sobreviviente del periodismo desde hace 3 décadas, hoy hace radio y TeVe para redes sociales.

El principal logro del presidente Manuel López que debemos reconocer todos, nos parezca o no, es el desmantelamiento de la política mexicana como una cosa seria y la desaparición de las instituciones. Ha sido muy bueno para destruir. En muy poco tiempo el inquilino de Palacio Nacional consiguió acabar por completo la solemnidad del ejercicio del poder —el respeto a la presidencia— y lo hizo trizas, para volverlo una cosa banal, de risa y hasta de pena.

Manuel López desacralizó el ejercicio del gobierno y lo volvió una cosa trivial, de risa, algo chusco y hasta de pachanga. A menudo lo confirma poniendo canciones de Chico Ché que bien reflejan el perfil del público que le dio su voto y que está a gusto con que ponga sus canciones y le reste solemnidad al cargo. Es un público que aprecia que el presidente se mofe y se burle de todo mundo, que incluso ofenda a empresarios calumnie a intelectuales, insulte a los medios, etcétera.

Todo eso se puede hacer con el respaldo popular del que goza el mandatario, un pueblo que al mismo tiempo carece de medicamentos, no tiene seguridad social, sufre la falta de clínicas y hospitales y padece el maltrato de los servicios del gobierno federal a los que acude. Es el mismo pueblo bueno y sabio que muere todos los días en los 22 estados gobernador por Morena donde se privilegian los abrazos y no los balazos, donde los derechos humanos de la delincuencia y de los criminales son respetados.

Y todo esto mientras cada mañana el inquilino de Palacio Nacional se regodea de ser el segundo más popular de los presidentes del mundo. Tan alta como la cifra de miles de muertos y de desaparecidos, así está de alta la popularidad del presidente que mandó al diablo las instituciones.

Burlarse de todo lo que antes sirvió para avanzar en este país, no es cosa fácil. Acabar con la seriedad, con el orden, con la legalidad con que se comenzaba a reconstruir este país luego del maximato del PRI, ha sido una tarea que se echó a cuestas el presidente y lleva un gran trecho avanzado. Y a nadie parece importarle.

En el tema que guste y mande, si le parece, revise usted mismo bondadoso lector, y verá que en cualquier área o disciplina ya no queda nada de lo que un día fue el sistema político mexicano.

Por ejemplo, en el deporte, literalmente desbarató la obligación del gobierno de velar porque haya campeones y porque México estuviera representado con sus mejores atletas. Ya no apoya con becas, ya no hay financiamiento a ninguna disciplina y salvo el béisbol, ningún deporte tiene apoyo de ningún tipo.

Pero así como está el deporte ya sin recursos ni patrocinios así está la ciencia, la academia y todo lo que signifique educación. No se diga el tema del cine, o la investigación, o de los derechos humanos. Donde mire, el presidente López ya no ha dejado nada.

Todo está seco, sin recursos y solo es cosa de horas en los meses que faltan, para que por completo no quede huella de lo que algún día fue el gobierno. Mientras los ciudadanos a los que se dirige el tabasqueño, reciben dinero a manos llenas, el mismo dinero que un día sirvió para sostener todo lo que fue el gobierno. Se advirtió cuando se dijo que este señor era un peligro para México y se avisa este diciembre 2023 que Yucatán aún es una isla que puede sucumbir si usted lo permite.

EL XIX.— La administración militar del parque que es del gobierno federal, ya lleva tres récords: sacó a los que patinan y a los que montan bicicleta; corrió a los que pretendían visitarlo en la noche casi de madrugada. Y ahora prohíbe a los que acuden a observar aves. Todo le permiten por el terror que le tienen.