Tragedia

En el hipotético y muy remoto caso que Manuel López permita que el INE pueda celebrar las elecciones presidenciales del 2024, bien organizadas y sin carencias ni problemas graves, el reto social será que los electores entiendan la importancia de ir a esas votaciones y decidan inteligentemente el sentido de su voto.

Y eso pasa forzosamente primero por lograr que la señora Claudia Sheimbaun sea la candidata de su partido (y no sólo la preferida del presidente) y a la vez, defenderse de los millones de votos en contra que sin duda va a cosechar por su pésima gestión en la capital del país. 

Basten los miles de sufragios de los capitalinos que sufren todos los días vivir en medio del caos del metro, de las inundaciones, de los asaltos y robos, entre otras miles de tragedias, para entender que la favorita no tiene las de ganar, en especial porque eligió hacer campaña en vez de ocuparse de la ciudadanía.

En tanto esa realidad se vive en el país, el experto analista económico Macario Schettino ofreció una contundente charla en un medio de comunicación en la que adelantó que el fin del sexenio será caótico, además de que el legado del presidente será heredar —a quien lo suceda— un país en ruinas, en buena medida por su propia culpa.

A la pregunta de cómo espera que sea el proceso del 2024, el analista Macario Schettino —quien fuera cercano colaborador de Amlo— anticipó que será complejo y que por lo mismo es difícil de prever; “mucho tiene que ver el futuro del PRI en el Estado de México y de los resultados que obtenga la coalición en Coahuila”. 

Dijo que el futuro político se ve caótico, el presidente no tiene la seguridad de que pueda ganar la elección, no es claro que pueda ganar, por eso ha tratado de debilitar a la autoridad. “La única forma de garantizar su triunfo, es evitar que haya elecciones libres y que evitar que existan organismos autónomos” —indicó.

—¿Cómo será el final del sexenio de López Obrador? —inquiere el entrevistador Guillermo Ortega de El Financiero TeVe.

—Será un final muy triste —responde—. Andrés Manuel intentó llegar a la presidencia en varias ocasiones, era su gran objetivo en la vida, llegó en las mejores condiciones que podía haber llegado cualquier persona con un respaldo popular inmenso, con mayoría amplísima en las cámaras que incluso llegó a ser mayoría calificada en la Cámara de Diputados, y desperdició todo, no logró construir nada. 

—Destruyó el sistema de salud, están destruyendo el sistema educativo, no han podido tener éxito en algún lado de la economía, sus grandes proyectos se van a quedar sin funcionar, el que mejor está es el aeropuerto, ni complementa ni reemplaza al aeropuerto de la ciudad de México, así que tampoco sirve para nada. 

—Va a ser trágico para él, se imaginaba una figura histórica que iba a ser esta nueva transformación del país, y realmente lo que va a entregar quien sabe a quien es un país destruyéndose. Esto es una tragedia personal del señor López Obrador y una tragedia para todos los mexicanos. Tenía todo, bueno casi todo, le faltó talento, pero la oportunidad política la tuvo como nadie en México y desperdició todo —concluyó el analista en su muy dura predicción.

El xix.— Para ser candidato presidencial de oposición y más de una alianza, los aspirantes tienen que construir una imagen alejada quizá un poco de su propia personalidad, más si ese yo es de pocos amigos y con aires de suficiencia pero sobretodo de arrogancia. Deben comenzar a intentar tener cerca gente dispuesta a decirles la verdad y no a los que están dedicados a aplaudirles sus excesos.