En un nuevo episodio de deserciones en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el diputado federal Pablo Gamboa Miner anunció su renuncia al partido tras 15 años de militancia. En una carta dirigida al líder nacional del PRI, Alejandro Alito Moreno Cárdenas, Gamboa Miner argumentó que el partido está cautivo por un “grupo de personas” que no permiten otras voces y monopolizan las decisiones a nivel nacional.
En su misiva, fechada el 21 de mayo, Gamboa Miner expresó su descontento con el rumbo actual del PRI, acusando a estos individuos de alejar al partido de sus principios democráticos y de acercarlo a la decadencia. “Las personas que hoy tienen secuestrado al PRI no responden a los ideales y principios que lo caracterizaron. Se ha puesto al servicio de unos cuantos, alejados de la democracia y acercándolo cada vez más a su decadencia”, afirmó.
El exdiputado destacó que su decisión de abandonar el PRI es personal y reflexionada, sustentada en su deseo de seguir contribuyendo al desarrollo de México y Yucatán, entidad a la que ha dedicado su carrera política. Agradeció a los “verdaderos” militantes del PRI que siempre le brindaron su confianza.
La respuesta desde el PRI no se hizo esperar. Gaspar Quintal Parra, presidente del partido en Yucatán, calificó la renuncia de Gamboa Miner como un alivio, llamándolo “un lastre” y un “junio” de la mafia del poder. Quintal Parra aseguró que Gamboa Miner trabajaba para Morena y que su renuncia se anticipó a una expulsión inminente por traición e ineptitud. “Él es una vergüenza, carece de trabajo legislativo, es un mirrey que en tres años sólo presentó una iniciativa y tuvo únicamente una intervención en la tribuna”, declaró.
Este conflicto interno refleja las tensiones y divisiones que atraviesa el PRI, un partido histórico fundado en 1929, que enfrenta retos significativos en el panorama político actual. La salida de Gamboa Miner, hijo del influyente Emilio Gamboa Patrón, añade otra capa de complejidad a la crisis interna del PRI.
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