Para los vecinos de La Ermita, Santa Lucía y Camino Real, agrupados en el Colectivo Tres Barrios, las nocivas implicaciones para sus viviendas y familias por parte del Tren Ligero no es más que una vil venganza del gobierno estatal por haber logrado impedir el paso del Tren Maya por esa misma vía.
Afirmaron que las afectaciones causadas por la obra fueron predichas y anticipadas por los propios vecinos a los trabajadores de Mota Engil, pero no solo los ignoraron, sino que los mal trataron y hasta se burlaron de ellos con apodos.
La representante de dicha organización vecinal, Guadalupe Rodríguez Cáceres, señaló que aunque visualmente el Tren Ligero es muy bonito, estructuralmente tiene fallas evidentes, pues trajo inundaciones, daños e incertidumbre.
“Les hemos mostrado. Nosotros que llevamos décadas viviendo aquí les insistimos en las medidas de mitigación para las inundaciones, pues es un tema de antaño, y ellos solo se burlaron que porque son ingenieros y que quiénes somos nosotros para enseñarles a hacer su trabajo”, comentó.
Sin embargo, se dijo agradecida de que el municipio haya tomado cartas en el asunto y esté obligando a la empresa a hacer las correcciones necesarias.
Texto y foto: Agencias
