El presidente Donald Trump dijo estar esta satisfecho de su “trabajo y relación con el presidente Ruso Vladimir Putin,” con quien, dice, ha sostenido “conversaciones muy razonables, para terminar la guerra en Ucrania”.
En entrevista para Outkick, a bordo del avión presidencial Air Force One, insistió en que “él es la única persona capaz de detener al líder ruso, lo que nadie más podría conseguir” aun cuando hay muchas diferencias, igual que el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, quien atacó a naciones europeas acusándolas de “hablar del desplazar tropas de la OTAN a Ucrania, en una política militarista,” en lugar de “analizar las causas de la guerra” (iniciada por Putin).
Peskov les advirtió que “hay un nuevo alguacil en el pueblo” con el retorno de Trump que “les hará salir de su zona de confort,” lo que repitieron mensajeros del Kremlin, como el autócrata Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, vasallo de Moscú, igual que el Gobierno de Serbia, que “atribuyó” al “estado profundo” inventado por Trump, protestas masivas contra Rusia, en su país.
Mientras libra otra guerra en territorio estadounidense, por el temor e incertidumbre que se incrementaron en los mercados de valores y entre inversionistas estadounidenses, por la ampliación de la guerra comercial contra China, ahora con el argumento de frenar el crecimiento de la industria naviera de esa nación asiática.
El más reciente reporte de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos advierte que China tiene ya el 50 por ciento de órdenes para construcción global de barcos cargueros, del 5 por ciento que tenía en 1999, lo que, “genera una vulnerable dependencia para la economía, con peligrosas implicaciones para la Seguridad Nacional”, de acuerdo a otro reporte del Congreso, sobre la Construcción de Barcos de Estados Unidos en el Contexto Global.
La Casa Blanca prepara otra Orden Ejecutiva para que cada barco de carga con bandera China o construido en ése país, con bienes de cualquier nación, pague cuotas multimillonarias para poder atracar en puertos estadounidenses con el fin de desalentar la compra de barcos chinos, en” represalia,“ por “injustas prácticas comerciales de China contra Estados Unidos”.
La Orden Ejecutiva incluye la creación de un a nueva Oficina en la Casa Blanca, como parte de una estrategia para reconstruir, ampliar y revitalizar astilleros estadounidenses, recuperando la capacidad de producción y reparación de barcos cargueros, que dependen ahora dependen de China, Corea del Sur y Japón.
Pero el plan requiere de apoyos e incentivos fiscales que requieren recursos que ahora no se tienen, con una economía con inflación y en riesgo de recesión por la guerra comercial global iniciada por esta administración, deportaciones masivas, que privan al gobierno de miles de eliminaron la ventaja de mano de obra barata, el creciente desempleo, agudizado por el mismo gobierno.
Texto y foto: EFE