Aún no había terminado el recuento de los votos recibidos en las primarias cuando el mandatario irrumpe por sorpresa.
Sin sorpresas pero con vítores y en teoría en un ambiente controlado y libre de virus, el Partido Republicano proclamó ayer oficialmente candidato a las elecciones presidenciales de noviembre a Donald Trump.
Aún no había terminado el recuento de los votos recibidos en las primarias, celebradas sin oposición, cuando el presidente irrumpió por sorpresa en el salón de congresos de Charlotte (Carolina del Norte) donde los republicanos inauguraron de forma presencial la parte administrativa de su convención, después de hacer pruebas del COVID-19 a los 336 delegados, para celebrar la noticia.
En tanto, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, fue confirmado como candidato del partido a la Vicepresidencia del país en los comicios de noviembre próximo, al inicio de la convención del partido, en Charlotte (Carolina del Norte).
“¡Cuatro años más!”, corearon. Trump fue aplaudido y vitoreado, en un ambiente que no podía ser más diferente al del 2016. El incómodo contendiente al que hace cuatro años el partido recibió de uñas, bochorno y temor se ha convertido en su líder absoluto y el contenido único de proyecto político.
Por primera vez en su historia reciente, la formación ha renunciado a pactar un programa electoral de cara a noviembre (alegan que ha sido imposible sentarse a debatir debido a la pandemia, aunque los demócratas lo hicieron). Si se hubieran podido reunir, “habrían acordado sin duda reafirmar su apoyo al presidente Donald Trump y su Administración”, subrayó en un comunicado el partido.
Texto y foto: EFE