Se terminó un año de suplicio para la Selección Mexicana que volvió a caer (2-0) contra Argentina con la misma fórmula de hace apenas cinco días. No podía llegar a su fin la historia de este tormentoso 2018 mas que con una derrota frente a La Albiceleste, luego de no aprender de los yerros del pasado.
El Tri, ahora repleto de jugadores de la Liga Bancomer más Erick Gutiérrez, se presentó en la cancha de las Malvinas para buscar la revancha de la derrota del viernes. Pero no se encontró más que otro descalabro con otro también bastante renovado conjunto argentino.
La diferencia en esta ocasión es que La Albiceleste se adelantó desde el minuto con 15 segundos del juego y a partir de ahí quedó condicionado el cotejo en el que nunca apareció México en el marcador para igualar condiciones. De su visita a Argentina, en dos partidos y más de 180 minutos disputados, sacó cuatro goles en contra y ninguno a favor.
Prácticamente el resumen de un año en el que no se cumplieron los objetivos trazados y que terminó con un equipo abatido, con más dudas que certezas y sin un entrenador oficial de cara al futuro.
El gol de Mauro Icardi apenas al comienzo reflejó la diferencia entre unos y otros en la serie de dos encuentros. En el primer episodio, Raúl Jiménez dispuso de una ocasión casi al mismo minuto y falló. Luego Marco Fabián tuvo una réplica y también erró. Para el segundo round, ahora en Mendoza, el delantero del Inter dispuso de su ocasión y la clavó al ángulo. Notable diferencia entre ambos equipos.
El gol de vestidor causó una reacción, al menos en el intento del juvenil Tri que mandó al campo Ricardo Ferretti. Por corazón y entrega no pasó la derrota de esta ocasión, pero la diferencia radica en la calidad y el momento de los seleccionados de uno y otro conjunto. Mientras La Albiceleste arma un equipo alternativo repleto de futbolistas en Europa y de la talla de Icardo o Erik Lamela, el Tri lo hace con elementos de la iga local que, en algunos casos, no pasan de 10 convocatorias al combinado nacional.
Javier Aquino e Isaac Brizuela fueron los jugadores más insistentes y constantes por las bandas, pero sus centros a tierra desconocida, donde se buscaba que de milagro Henry Martín le ganara un balón a la muralla argentina, fueron insuficientes e ineficaces.
Para el complemento, con los movimientos de Ferretti, el Tri presentó su mejor versión de los cuatro diferentes tiempos contra Argentina, pero de cualquier modo no alcanzó siquiera para dar con un gol, recortar distancias o empatar el marcador.
Jesús Gallardo falló la opción más clara al estrellar un cabezazo en la cara de Paulo Gazzaniga, debutante en el arco argentino, quien salvó a los suyos de un empate que se quedó muy cerca.
México buscó la manera, pero fue imposible de dar con las redes. El problema del gol que se vivió en el año tuvo una muestra más en Argentina y sin anotaciones, en el futbol simplemente no se puede ganar. El Tri lo volvió a sufrir y tuvo su último revés con un contragolpe perfecto de los pamperos, comandado por Giovanni Simeone y firmado por Paulo Dybala para incrementar la ventaja y sentenciar la victoria.
Texto y foto: Agencias