La matanza provoca protestas en Cisjordania, Turquía, Líbano y Jordania, mientras que el ejército israelí asegura que se debió a un cohete lanzado por la Yihad Islámica
Un hospital de Gaza fue escenario ayer de una de esas tragedias que cambian el curso de una guerra. Al menos 500 palestinos han muerto, según las autoridades de la Franja, en un bombardeo israelí a Al Ahli al Arabi, un hospital en el corazón de la capital que estaba repleto tanto de pacientes como de personas que se refugiaban de los ataques aéreos. El ejército israelí, por contra, replicó que la explosión fue fruto de un “lanzamiento fallido” de cohetes por parte de la Yihad Islámica. De confirmarse la autoría israelí, la tragedia del hospital gazatí sería una de las mayores matanzas jamás causada por un bombardeo de su ejército. La masacre da un vuelco a la visita que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, efectúa este miércoles a la zona para negociar la entrada de ayuda humanitaria a la Franja ante el agotamiento del agua, la electricidad y el combustible por el “cerco completo” decretado por Israel.
Las imágenes procedentes del lugar muestran a decenas de cadáveres trasladados al hospital Al Shifa, también en la capital. Al Jazeera difundió un video que recoge el momento de la enorme explosión. El número de muertos en los 11 días de bombardeos ya superaba los 3,000, casi un tercio de ellos son menores, según datos del Ministerio de Sanidad.
El ejército israelí señaló que el análisis de sus “sistemas operativos” muestra el lanzamiento contra Israel de “una descarga de cohetes enemigos” que “pasó a través de las cercanías del hospital cuando fue alcanzado”. Y responsabiliza del impacto a un disparo fallido de la Yihad Islámica, en base a “información de inteligencia” proveniente de “varias fuentes”. “Que el mundo entero lo sepa: los terroristas bárbaros de Gaza son los únicos que atacaron el hospital en Gaza, no el ejército”, reaccionó el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
La noticia encendió las calles en el mundo árabe y musulmán. En la parte palestina de Jerusalén y en ciudades de Cisjordania como Nablus, Ramala y Belén, decenas de personas se manifiestan pidiendo la dimisión del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, que canceló el encuentro a cuatro que tenía previsto celebrar hoy con Biden, el rey Abdalá de Jordania y el presidente egipcio, AbdelFatá Al Sisi.
Diferentes voces desde el Consejo Europeo hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS), Médicos sin Fronteras (MSF) y diferentes Gobiernos de Oriente Medio, norte de África y América han elevado su voz para condenar el ataque.
“Un ataque contra civiles no está en línea con el derecho internacional”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reservó la valoración del ataque, argumentando que necesitaba “confirmar” lo ocurrido.
Aunque afirmó que su Gobierno “continúa recopilando información sobre lo que sucedió exactamente”, el presidente de EE.UU., Joe Biden, afirmó estar “indignado y profundamente entristecido” y condenó el ataque.
Texto y foto: Agencias