Un mes más de aprendizajes y bendición o sobre un corazón de niños

Deyanira Trinidad Álvarez Villajuana

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Un mes más concluye, y da inicio otro nuevo, plagado de situaciones que no podemos imaginarnos y que solo Dios en su soberanía sabe que ocurrirán. 

Para Dios, el futuro es historia, a nosotros nos toca elegir hacer el bien y no el mal, para cosechar justo lo que sembramos al andar. Aprendizajes de vida, siendo algunos, producto de crisis y eventos fuertes, pero también, estoy segura, que atesoraste momentos felices en tu corazón, memorables, avances y bendiciones inesperadas que te hicieron agradecer al Jefe de jefes, con acciones de gracias continuas y genuinas. 

El Día del Niño y la Niña pasó, pero queda en nuestro interior ese sello de ser cada día como ellos. Sí, nuestros niños o niñas interiores importan, y mucho. Al estar en contacto con nuestra parte más curiosa, noble, auténtica, espontánea y amorosa, podemos sortear los obstáculos adultos más “difíciles”. 

En un mundo tan repleto de violencia y malas noticias, se torna difícil el conservar un corazón de niño, pero esa decisión, porque lo es como todo lo demás en nuestras vidas, puede cambiar nuestras vidas. Jesús mismo expresó en Mateo 19:14: “Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos”. 

Así que, si tienes algún rencor, odio, frustración, estás aburrido, ya se te olvidó cómo amar y ser feliz con lo más sencillo, regresa a la esencia de ser niño, vete al espejo, sonríete, ámate, valora cada instante de vida, reconoce todo lo bueno que tienes, ya que, si eres realista, eres muy bendecido. 

No te enfoques tanto en lo que consideras de forma muy subjetiva que “no tienes”, tampoco en tus defectos pues perfecto solo Dios, y todos los demás estamos en perfeccionamiento continuo. 

Claro está que este no es un permiso para ser conformista, ya que es muy valioso que desarrolles tus dones y talentos, así como el carácter maduro, pero si es una invitación a motivarte con amor y no con látigo. Aprende a disfrutar lo que haces y te pagarán sin trabajar. 

Ten un corazón de niño, un pensamiento de adulto y las acciones de una persona mayor en cuanto a sabiduría, prudencia y experiencia, y tendrás el combo completo que te conducirá hacia una vida con propósito. Y recuerda que toda depresión, ansiedad, trastorno, problema personal, de pareja, familiar, e incluso, la falta de recursos económicos, deudas y conflictos, puede resolverse empezando por un paso muy sencillo: tu propio cambio, tus decisiones diferentes, pues si son las mismas ¿porqué debería ser el resultado distinto? Decide entregar hoy mismo tu corazón a Jesús, no a una religión, acéptalo en tu interior, y verás cómo tu vida se va transformando al seguirlo a Él, sus acciones, vida, amor incondicional, generosidad, todos los principios que Él modeló y que son fundamentales para una vida con propósito. Si te llenas del amor de Dios, no buscarás llenarte con lo falso y perecedero que por lo general viene en forma de drogas, dinero, poder, reconocimiento. 

Nunca te saciarás y la destrucción vendrá. En cambio, con el amor ágape, ese que nunca acaba, estarás lleno, agradecido, con gozo y paz, sin importar la tormenta y ahora sí, podrás dar a los demás, lo que a ti te sobrará, tu vida cambiará y serás factor de transformación en la vida de los demás. 

Un cambio a la vez, un pequeño aleteo de mariposa y el tsunami llegará, de acuerdo a la voluntad de Dios que es siempre buena, agradable y perfecta, mucho mejor que la nuestra.