Un paseo muy especial por las encantadoras playas de Sisal

Durante el siglo XIX, el puerto de Sisal fue el eje del movimiento comercial en la entidad. Todo el henequén que se exportaba en ese entonces salía a través de su muelle. Por eso en muchos lados del mundo se le conoce al henequén con el nombre de Sisal, debido al puerto de origen.

También fue el lugar por el que desembarcó la emperatriz Carlota el 22 de noviembre de 1865. A su arribo, recuerdan historiadores, describió a Yucatán como el “país blanco” debido a que las casas, la ropa y hasta el suelo (la arena de la playa) eran de ese tono.

Debido a su lejanía de Mérida, hombres de empresa consideraron la necesidad de la apertura de un punto más cercano a la capital del Estado, para la importación y exportación menos gravosa de mercancías y por decreto presidencial el primero de julio de 1871 se trasladó la aduana marítima a Progreso.

A partir de ese momento el puerto de Sisal decayó a notablemente hasta convertirse en la pequeña localidad pesquera que es el día de hoy, donde los visitantes pueden admirarse con los edificios coloniales que aún se conservan.

Uno de ellos es el edificio de la ex aduana, donde en la actualidad funciona un centro cultural y una biblioteca al servicio de la comunidad, además del fuerte de Santiago que data del siglo XVI junto con su faro que fue agregado en el año de 1845. También se destaca la casa del Monifato con su escultura en el techo y su placa labrada de piedra fechada en el año de 1585.
Aunado a ello, se encuentran dispersos en el pueblo, que pertenece al municipio de Hunucmá, vestigios de las antiguas haciendas y edificaciones; recientemente, el muelle fue remozado

Los turistas seguramente al igual que la emperatriz, llevarán en su recuerdo sus playas de arena clara y agua color azul-esmeralda. El oleaje que define a estas playas es de intensidad moderada, por lo cual se presta tanto para la natación, como para el descanso y la contemplación de maravillosos paisajes.

En las zonas cercanas a las playas de Sisal, aparecen arrecifes coralinos, excelentes para la práctica del esnórquel o para el buceo en modalidad scuba. También son muy agradables en estas aguas yucatecas, los recorridos en lancha y la pesca deportiva, que se pueden hacer de la mano de guías certificados en turismo de naturaleza y que tienen capacitación en primeros auxilios e inglés.

Sisal cuenta con al menos cuatro miradores ubicados estratégicamente desde los cuales se puede observar la gran cantidad de aves migratorias que cada año arriban, entre las que también destaca el pato canadiense, además, es la puerta de entrada a la Reserva Estatal del Palmar, la cual colinda con Celestún, famoso por la gran cantidad de flamencos que también allí habitan.

Y si de comida hablamos, habría que dedicar un espacio grande para escribir de los restaurantes, que en el puerto ofrecen ceviches de pescado y de camarón además del tradicional pescado frito y otras delicias del mar como es el caso del Peje Rey, en el que el equipo de Peninsular Punto Medio disfrutó de los tradicionales kibis de pescado, muy característicos del puerto. Ahora que está en veda el mero, en el lugar se ofrece el kilo de rubia en 200 pesos.

Texto: Manuel Pool Moguel
Fotos: Esteban Cruz Obando

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