Mary Carmen Rosado Mota
@mary_rosmot
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El 14 de septiembre de este año, la joven iraní Mahsa Amini fue detenida, en su visita a Teherán, por la policía de la moral a causa de “no llevar bien colocado el hiyab”.
Los familiares que la acompañaban también fueron detenidos pero puestos en lugares separados, sin embargo, atestiguaron las agresiones que sufrió la joven de 22 años. Bofetadas, golpes en manos, piernas y uno en la cabeza con una porra militar son algunos de los que afirman haber presenciado. Dos días después Mahsa Amini falleció en un hospital.
La indignación por este suceso ha llegado a generar todo tipo de protestas ciudadanas, la mayoría protagonizada por mujeres, que apelan por algo concreto: libertad.
Ser libres para tomar sus decisiones y respeto por sus derechos humanos. Y así hemos visto desde varias jóvenes cortarse el cabello en público, con las implicaciones culturales que esto significa, hasta bloqueos en las principales avenidas de la capital iraní. El saldo desde septiembre, según reportes de medios, son más de 100 fallecidos y 70 heridos a causa de la represión a las protestas.
Teniendo en ese momento a la víspera el Mundial de Qatar y a la selección de Irán clasificada al torneo era casi impensable que las protestas no llegaran hasta ese escenario. Sardar Azmoun, delantero del equipo nacional, hizo público su rechazo y condena por lo que había sucedido con Mahsa Amini, junto con otros jugadores lo que provocó descontento en la Federación de su país. El día que el entrenador Carlos Queiroz debía presentar a los elegidos para la copa del mundo, tuvo que ser pospuesta, después confirmó la presencia de todos los futbolistas.
Uno de los momentos más significativos fue en el debut de Irán ante Inglaterra, en el Estadio Internacional Khalifa, al momento de entonar los himnos el equipo titular completo decidió no cantar el suyo a modo de protesta. Tras, presumiblemente, haber recibido amenazas lo interpretaron en el resto de sus encuentros.
También se pudo observar a grupos de mujeres, en los estadios donde jugaba Irán, con letras que formaban el nombre de Mahsa Amini entre el público presente, otras con playeras con la foto de la joven o levantando un letrero con un poderoso mensaje de “Mujer, Vida, Libertad”, eso es por lo que están luchando.
Aunque una de las protestas más significativas fue una joven iraní que estuvo presente en todos los partidos de su selección con un maquillaje que simulaba lágrimas de sangre, sosteniendo un jersey de su selección con el nombre de Mahsa Amini y el dorsal 22, la edad que tenía esta joven cuando fue asesinada. Con mucho valor si consideramos que hasta el 2019 las mujeres en Irán no podían ingresar a los partidos de fútbol.
Todas estas mujeres tuvieron que ingeniárselas para ingresar a los estadios con sus carteles y una vez ahí, muchas sufrieron acoso por parte de la seguridad del evento y, en algunos casos, por otros aficionados connacionales simpatizantes del gobierno.
Pero el objetivo estaba cumplido, prensa de un gran número de países ha compartido fotografías de estos sucesos y notas de las protestas que se han dado en el mundial.
A fin de cuentas, la copa del mundo es un torneo con un alcance global que, como en otros aspectos, también puede servir de “pretexto” para visibilizar luchas sociales de diversos países. Quizá Mahsa Amini nunca acudió a un estadio, pero su nombre está presente en la memoria y consignas de este mundial.




