El movimiento Uady sin Acoso fue un parteaguas para que la participación de las alumnas tuviera más fuerza; no obstante, este proceso ha sido un gran reto, sobre todo para visibilizar las violencias machistas que ocurren dentro de las aulas
El movimiento Uady sin Acoso fue un parteaguas para que, en las facultades, la participación de las alumnas tuviera más fuerza y lograran posicionarse como presidentas de las sociedades de alumnos, y consejeras de federaciones estudiantiles, espacios que durante muchos años estuvieron presididas por los alumnos varones.
Eva Jade Arafet Selem presidenta de la Federación Estudiantil de Yucatán (FEY), quien también es la líder de la Facultad de Psicología de la Uady, relató que este proceso ha sido un gran reto, sobre todo, por visibilizar las violencias machistas que ocurren dentro de las aulas.
“Para que tengas una idea, tuvieron que pasar 30 años para que una mujer sea líder estudiantil en la Facultad de Psicología, a pesar de que la mayoría del alumnado somos mujeres, sin embargo, esto ya está cambiando, pero aún falta mucho por hacer”, reconoció.
Comentó que de 30 alumnos que hay en cada salón 24, son mujeres y el resto hombres, por lo que no entiende, como durante mucho tiempo, no se organizaron entre ellas, para erradicar esta discriminación que durante años habían sufrido de sus compañeros y profesores.
Detalló que, durante este tiempo, se han ido capacitando y sensibilizando a la población estudiantil y académica, de esta facultad, en cuanto temas de género, para que las y los alumnos, puedan aprender sobre perspectiva de género, no obstante, aún hay docentes que aún cometen violencia contra las alumnas, y personas de la diversidad sexual.
“Tampoco vamos a generalizar, pues hay otros que ya se están capacitando y sensibilizando en cuanto a estos temas, ya que, como líder estudiantil, me he interesado en formarme de manera externa, a través de redes de apoyo, para que estos conocimientos los pueda replicar en la escuela”, manifestó.
Indicó que el estar al frente de esta Federación, le ha permitido observar las necesidades que se perciben, no sólo en su facultad, sino en todas, en donde la gente violenta a las mujeres y personas LGBT+Q, lo que ha ocasionado que estas permanezcan en la invisibilidad, ya que no se les toma en cuenta.
Detalló que el ocupar estos espacios dentro de la universidad, la han llevado a ser blanco de críticas, hostigamiento, violencia, no sólo por parte de los estudiantes, sino también de otras compañeras, que aún están en su proceso de reconstrucción, que tienen un pacto patriarcal.
Indicó que entre los proyectos que tiene a corto plazo, está que se capacite a los profesores en temas con perspectiva de género y diversidad sexual, para que se deje de perpetuar esta violencia en las facultades, para que al momento de la psicoeducación se pueda respetar a todos y todas.
Aumenta violencia digital en pandemia
Agregó que, actualmente ha incrementado la violencia digital hacia las alumnas, y esto se está dando en todas las universidades, pues los compañeros creen que, por el hecho de no hacerlo de manera presencial, es algo normal.
“Hemos encontrado casos de alumnos que guardan fotos de las compañeras, y luego los pasan entre ellos, esto ante la indiferencia de los profesores, que no hacen nada al respecto, ya que consideran que estos comportamientos son normales”, concluyó.
Uady promueve protocolo contra la violencia
En días pasados la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) dio a conocer que toda la comunidad universitaria, instituciones y público en general, ya podrán acceder a una versión abreviada del Protocolo Para la Prevención, Atención y Sanción de la Violencia de Género, Discriminación, Hostigamiento, Acoso y Abuso Sexual, que se implementó desde el 2019.
A principios del año pasado, el Consejo Universitario aprobó la actualización al Protocolo, y se detectó la necesidad de poner a disposición de todas las personas un documento práctico, que de forma sencilla explicase con detalle el proceso seguido por una queja cuando ingresa a través de la ventanilla única.
Es así como la Uady publicó una edición digital del Protocolo en la que se presenta un extracto del documento original, adaptado para que en tan solo 19 páginas expliquen de manera ágil cuáles son los pasos que sigue el procedimiento; sus etapas y quienes intervienen en cada una; los plazos que deben cumplirse; cómo se establece la procedencia de una queja; las maneras en las que concluye el proceso y cuándo se dará un seguimiento a éste.
El Protocolo de la Uady, en su versión abreviada, señala que se aplicará al personal directivo, académico, administrativo y manual; asimismo, considera al alumnado que puede ser de la propia institución, de los programas de movilidad o quienes desarrollan alguna actividad académica en escenarios reales de aprendizaje.
Cabe destacar que, el pasado lunes, las integrantes del colectivo Uady Sin Acoso llevaron a cabo un foro para discutir temas de violencia en las aulas, y acordaron modificar dicho protocolo, para que se pueda aplicar en otras universidades.
Urge erradicar machismo y discriminación
“Las múltiples violencias que experimentan las mujeres en México, también se presentan en las universidades, pues el espacio educativo es una representación de la realidad social en la que se vive, por lo que erradicar el machismo, el sexismo y la discriminación, es un reto que tienen que enfrentar estos planteles educativos”, reconoció la presidenta de la asociación Igualdad Sustantiva, Kelly Ramírez Alpuche.
Indicó que la violencia de género desde hace muchos años se ha dado en esos espacios, sin embargo, hoy en día estas conductas son más visibles, por lo que son más fáciles de denunciar.
Detonante
Señaló que el movimiento Uady sin Acoso fue un detonante para exponer esta problemática que ocurre en esa máxima casa de estudios, en donde cientos de alumnas han sido víctimas de esta violencia, incluso algunas no saben cómo detectarla, ya que piensan que es algo normal.
La especialista en psicología detalló que la violencia relacionada con la escuela, muchas veces incluye el acoso verbal y sexual, los abusos sexuales, los castigos corporales, y la intimidación, lo que puede acarrear un mayor absentismo escolar, malos resultados académicos, deserción escolar, baja autoestima, depresión, embarazos e infecciones de transmisión sexual.
“Este es un tema que sucede mucho, y una de las formas para identificar que están siendo violentadas es cuando les incomodan ciertas acciones, ya sean de su pareja, compañeros, maestros o directivos”, expuso.
No obstante, la entrevistada comentó que hay agresiones sutiles, que en ocasiones a las alumnas les cuesta darse cuenta, pues han crecido en una sociedad que normaliza esas violencias, que por ser “micro” no quiere decir que sean pequeñas, sino que son más difíciles de identificar.
Texto: Georgina Bacelis
Fotos: G. Bacelis / Cortesía