Urge atender la fecalización del agua

La densidad poblaciones de Mérida y sus alrededores aumenta con los años, lo que ocasiona que se use más agua, que en su mayoría contiene contaminantes

La declaración del titular del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Yucatán, José Arturo Chab Cárdenas, en relación al estado de contaminación con heces fecales que presenta el Cenote de la Zona Arqueológica de Dzibilchaltún, puso este difícil tema sobre la mesa, que se agrava por la densidad poblacional que cada vez es mayor en Mérida.

“Consideramos que no se encuentra en condiciones para que los visitantes se sumerjan en el cuerpo de agua”, dijo el funcionario federal el lunes pasado, en el marco de la reapertura de la zona arqueológica ubicada en el norte del municipio de Mérida, y en este sentido indicó que hay muchos complejos habitacionales en los alrededores que estarían relacionados con la presencia de contaminantes en el cenote, y que el problema inclusive estaría afectando a la extracción de agua en la zona.

Al respecto, el ingeniero Humberto Reyes Montiel, quien desde el año 2017 comenzó a hacer visible el problema de la contaminación del agua, comentó a Peninsular Punto Medio que en estos momentos a 8 o 10 metros de profundidad el manto freático se encuentra totalmente fecalizado.

Y aunque el consumo de agua potable es seguro por la profundidad a la que se extrae el vital líquido, destaca que no hay que perder de vista que, en el medio rural, donde hay serios problemas de contaminación por el uso de pesticidas, todavía hay población que consume agua de pozo, por lo que el riesgo de que presenten en un futuro no lejano problemas como el cáncer o la presencia de metales pesados en la sangre está latente.

Es precisamente a través de los basureros al aire libre donde con las lluvias se generan lixiviados que arrastran metales venenosos como arsénico, plomo y mercurio, que ya están ocasionando, por ejemplo, la aparición de plomo en la sangre de menores.

A todo esto, el especialista insiste en la necesidad de invertir en la instalación de más plantas de tratamiento de aguas en la capital, donde existen solamente un 5 por ciento de las que deberían de estar funcionando.

“Es posible revertir el daño, pero es necesario construir en 10 años 150 plantas de tratamiento, a razón de 10 por año, vale la pena la inversión”, subraya el entrevistado, quien recalcó que ante la magnitud del problema se ha insistido en centrar como foco del problema el tema de las granjas porcícolas, siendo que muchas de ellas están tecnificadas, desviando su atención de los pesticidas, los lixiviados y la fecalización.

Para ayudar a mitigar el problema, el ingeniero Reyes Montiel destaca la importancia de que la ciudadanía separe la basura debidamente y que las autoridades designen días específicos para la recolección, por ejemplo, de basura húmeda, que incluye sobras de comida para llevarlos a biodigestores que en su momento puedan inclusive generar gases que permitan obtener energía.

De hecho, don Humberto comentó que en la Universidad Autónoma de Yucatán se cuenta ya con la tecnología que se podría emplear para estos equipos, mientras que los recolectores pueden designar días diferentes para llevarse basura seca como cartón, vidrio, plástico y metales que pueden ser reciclados.

Lamentablemente, el cenote de Dzibilchaltún no es el único que presenta problemas de contaminación, pues a decir del antropólogo Sergio Grosjean Abimerhi, el 83 por ciento de los 70 cenotes en los que se ha monitoreado la calidad del agua, salieron con un grado entre bajo y alto en concentración de coliformes fecales.

Ejemplo de esto es el cenote Chen Há, de la comisaría meridana de Dzityá, que explica Grosjean Abimerhi fue saneado en varias ocasiones por su equipo, que invirtió su tiempo, dinero y hasta su salud y continúa siendo afectado por la basura que deja la gente en los alrededores.

“En el sitio se puso un letrero para intentar generar conciencia entre quien no la tiene, pero sospecho con nulos resultados, pues hasta se lo robaron. Esto nos da idea de lo mucho que hay que trabajar para seguir haciendo conciencia respecto a la manera de deshacernos de la basura”, explicó Grossjean Abimerhi, quien ha insistido constantemente en que cada vez llega más gente a vivir a Mérida y su zona conurbada, se abren más negocios, se saca más agua y se arroja más agua sucia.

“Es un problema que se agudiza día a día y no se está haciendo nada, no tenemos drenaje, las casas no tienen biodigestores”, recalcó el especialista, quien compartió algunas cifras en torno a la manera en la que ha aumentado la población que llega de otros lugares del país, principalmente huyendo de la violencia.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el año 2000 llegaron a Yucatán 44 mil 554 personas, en 2010 fueron 49 mil 815 y para el 2020 la cifra llegó a 100 mil 209 personas.

Aunque a la fecha no se tienen actualizados estos números, de acuerdo con cifras de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios, cada año llegan a vivir a Yucatán, principalmente a Mérida y su zona conurbada, 20 mil familias, es decir, que cada calendario se tiene que atender con servicios a más de 80 mil personas nuevas en la capital.

TECNOLOGÍA PARA IDENTIFICAR ANOMALÍAS LA CALIDAD DEL AGUA

En medio del conflicto que se vive con la escasez del agua en el norte del país, sin duda que es importante que se tome conciencia respecto al uso responsable del vital líquido, ya que de nada servirá que en la Península de Yucatán se tenga en abundancia, pero contaminado, por lo que es muy aplaudible la labor que realizan diversas empresas y agrupaciones civiles al respecto.

Y en este sentido, existe un proyecto denominado Smart Water que desde 2019 proporciona datos precisos y en tiempo real a las autoridades encargadas de la extracción y suministro del agua en el sur de la capital yucateca a fin de que, si los parámetros de calidad del vital líquido están fuera del rango normal, se envíen alertas para tomar medidas correctivas.

“Para esto se utiliza una red inalámbrica 4G, sensores inteligentes con tecnología inalámbrica de Qualcomm® y la aplicación móvil Dime H2O”, explicó Héctor Marín, director senior de asuntos gubernamentales de Qualcoom International Inc., quien, en rueda de prensa celebrada en el Gran Museo del Mundo Maya de Mérida, anunció que estas acciones también se aplicarán en Tekax.

“En Mérida y Tekax la única fuente de agua potable es un sistema acuífero vulnerable a la contaminación derivada de las actividades humanas. El acceso a agua limpia es importante, especialmente cuando las fuentes de agua de una comunidad son susceptibles a la contaminación” se explicó en el evento al que acudió Diego Ávila, el alcalde de Tekax.

El proyecto incluye la realización en colaboración con organizaciones comunitarias locales, de ferias y eventos de divulgación con actividades interactivas y fomentan el uso de la aplicación Dime H2O, a fin de mejorar la calidad del agua potable y, por extensión, la salud pública.

Texto y fotos: Manuel Pool