Quiero comenzar hablando de una realidad que no podemos seguir negando: por un lado, según datos del IPCC de la ONU, el costo económico de los desastres naturales a nivel global ha aumentado un 30% en la última década, y Yucatán no es la excepción: “Milton”, “Beril”, “Gama” y “Cristóbal” son un vivo recordatorio de este problema…
Por otro lado, la contaminación del agua, principalmente por actividades agrícolas y urbanas, compromete la calidad del recurso en la Península. Según datos oficiales de Conagua del 2023, el 82% de las descargas al acuífero provienen de hogares y servicios. Estas son amenazas directas a la salud pública, pero también hacia la rentabilidad y sostenibilidad de nuestros negocios.
Esta crisis representa una amenaza, pero también una oportunidad inmensa. La creciente demanda global de productos y servicios sostenibles favorece a empresas comprometidas con el medio ambiente.
La sostenibilidad ya no es una carga, es la clave para la resiliencia y el crecimiento a largo plazo.
Para capitalizar esta oportunidad, debemos reducir nuestra huella hídrica. Esto implica adoptar modelos de negocios circulares e integrar buenas prácticas como: prácticas agroalimentarias regenerativas y no contaminantes; sistemas de tratamiento de aguas residuales e industriales eficientes; y tecnologías innovadoras de reutilización y recirculación del agua.
Debemos, además, promover y sensibilizar acerca del consumo responsable del agua dentro y fue- ra de nuestras empresas.
Si bien la inversión inicial puede parecer alta, el costo de estas tecnologías ha disminuido considerablemente, ofreciendo tasas de retorno atractivas. Empresas con prácticas sostenibles reducen sus costos operativos hasta un 15% a largo plazo (Foro Económico Mundial), gracias al ahorro de agua y energía. Este beneficio, sumado a programas de financiamiento verde, minimiza el riesgo financiero. Es un cambio radical, pero hagámoslo de manera inteligente, gradual y personalizada. Un paso a la vez.
La colaboración es crucial. Los invito a unirse a nosotros, compartiendo experiencias y recursos para impulsar la innovación en nuestro estado. Transformemos esta crisis en una ventaja competitiva, anticipándonos a las regulaciones y estableciendo nuevos estándares. Minimicemos el riesgo climático y seamos, empresas y empresarios por la tierra, líderes en sostenibilidad. No esperemos a que llegue el “día cero” y veamos “la última gota” de agua limpia. Diseñemos, juntos empresas, gobierno, academia y sociedad civil un futuro inteligente para Yucatán.
Hoy, tenemos la oportunidad de dar otro primer paso hacia un Yucatán resiliente y próspero. Les invito a sumarse a las iniciativas de “VA POR LA TIERRA”, a implementar soluciones y a liderar el cambio que nuestra región y el planeta necesitan. ¡Va por el agua, va por Yucatán, va por nuestro futuro! ¡Hagamos que las cosas sucedan!
Muchas gracias.
Salvador Castell-González
Biólogo marino con estudios
de posgrado en biotecnología genómica, biología molecular y educación especial. Entusiasta de la ciencia y tecnología para el desarrollo sustentable.