Un año después de que la temporada del Super Bowl se vio empañada por la prohibición de importar aguacate mexicano, ha surgido otra amenaza al suministro: una queja ambiental de que los agricultores están destruyendo bosques que proporcionan un hábitat crucial para las mariposas monarca y otras criaturas.
La queja, interpuesta ante la Comisión para la Cooperación Ambiental, un organismo trilateral que forma parte del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, acusa al gobierno mexicano de no hacer respetar sus propias leyes sobre deforestación, conservación del agua y uso de la tierra.
Las plantaciones de aguacate se cultivan aproximadamente a la misma altitud y con las mismas condiciones climáticas que los bosques de pinos y abetos en el estado de Michoacán, donde se concentran las mariposas que migran cada año.
Julio Santoyo forma parte de un grupo de ambientalistas en el poblado de Villa Madero, en Michoacán, donde los activistas han sufrido durante años secuestros y amenazas de parte de grupos de taladores ilegales, que derriban árboles para establecer huertos de aguacates no autorizados. Estas plantaciones requieren mucha más agua que los pinos nativos.
“La queja ayuda a poner el problema en un horizonte de mayor visibilidad y tal vez influya en generar las normas ambientales que se requieren para su producción”, señaló. “La verdad es que está bien fundada. Las aseveraciones corresponden con la realidad que venimos denunciando y con los hechos que siguen ocurriendo”.
Activistas en Villa Madero dicen que regularmente ven franjas de bosque talado y estanques de irrigación excavados para regar los retoños de aguacate. Al menos dos ambientalistas han sido secuestrados, amenazados y golpeados tras quejarse por la deforestación.
Texto y foto: Agencias