Armando Escalante
Periodista y analista político
TTodo lo que toca lo daña, lo envenena, lo destruye o lo echa a perder. Así está pasando con todo en el país. Donde mete las narices, algo desaparece o deja de funcionar.
Se metió con un aeropuerto hasta hundirlo; con las guarderías y las cerró, con los fideicomisos, con el deporte, con la ciencia, con las medicinas y las vacunas, y todo lo desapareció. Se metió con varios organismos autónomos y ya casi los destruye: La Cndh es el mejor ejemplo. La desapareció al nombrar a una mujer cuya madre moriría de vergüenza seguramente si la viera ahí. Mantiene en el deporte a la señora Ana Guevara causando pérdidas de dinero y de valores deportivos según denuncian los medios. Destruyó por dentro y por fuera a la ciencia, el Conacyt es el mejor ejemplo. Va contra la Unam y ya le pasó encima a otras instituciones.
Dañó el reparto social de apoyos a los adultos mayores que ya existía bien organizado con justificantes sociales de los beneficiarios e implantó otro sin reglas dónde ahora cobran hasta los ricos, despilfarrando muchísimo dinero que un día sirvió para obras de infraestructura. Por eso ya no se hace nada. Ninguna secretaría maneja recursos. Sólo se finge que se hace algo, él se va de gira a los estados para seguir en campaña, pero en realidad se guarece en instalaciones militares desde donde somete a los gobernadores a los que les dedica una hora de charla para tomarse fotografías con telefoto. Nadie se le puede acercar. Si acaso arma tinglados para saludar a su ejército de siervos que pronto serán electorales.
Tronó el sistema de vacunas, la compra de medicinas y hundió el seguro popular. Los cambió con sus malas ideas como el Insabi y Birmex, par de porquerías que han causado muerte y enfermedad. Nada sirve, todo lo que toca como un rey midas al revés, lo vuelve basura.
Se metió a hacer un tren que nadie diagnosticó como necesario y menos viable. Cuesta ya tres veces más y no tiene para cuando acabarse. Su trazo ha servido para generar cientos de denuncias de campesinos, empresarios y pobladores en general. Grupos ecologistas documentan el daño grave que ocasiona y a él todo le vale. La obra causa muerte no sólo destrucción a su paso. Unos fallecen por enfermedades y otros por la ausencia de seguridad; sobran accidentes con muertos y heridos que los gobiernos callan. De la refinería y del aeropuerto ni hablar, todo es peor.
Trató de meterse contra la Suprema Corte y como no lo ha logrado la insulta y difama. La peor batalla sin embargo para los mexicanos aún no la gana, pero avanza en el despropósito de lograrlo: destruir al INE. Creó un plan que está en marcha, el cual incluye la aprobación fast track de un paquete de iniciativas que envió al Congreso que busca fastidiar a los medios de comunicación y a la vez acabar con la prensa incómoda. Dice la revista Proceso que dicha ley es una sentencia de muerte para gran cantidad de publicaciones periodísticas. En ese paquete se incluyó la Ley General de Comunicación Social que pone un tope de 0.1% del presupuesto de cada entidad gubernamental. De risa.
Según la revista Proceso, las minorías parlamentarias impugnarán la ley, es decir, el PAN, PRD y posiblemente MC; “los gobiernos de varios estados y municipios preparan controversias”, según pudo saber el reportero dice la publicación, “entre otras inconformidades, porque la ley invade competencias sobre ejecución del gasto, supervisión y auditoría, mientras que las organizaciones ciudadanas demandarán un amparo”.
Falta poco para saber si la Corte le invalida su plan B que afecta a mucha gente. Sobre todo a los medios y peor aún en la antesala de un proceso electoral.
El xix.— Con ese plan B contra el INE y su Ley de Medios, Amlo envenena la relación de la prensa con los gobernadores y los enfrenta. Sabe que la mayoría le tiene pavor y prefieren obedecer. Estamos en la mira como estado y ha comenzado a correr el reloj. Ya dio el banderazo mostrando a su ejército de promotores electorales con los que intentará envenenar a Yucatán.




