El presidente de EE UU, Joe Biden, mantuvo ayer en Roma, en vísperas de la cumbre del G-20, reuniones bilaterales con el Papa, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y con el presidente del Gobierno italiano, Mario Draghi. Se trata de los primeros compases de una intensa agenda internacional del mandatario de la primera potencia mundial que proseguirá en Glasgow, para la COP26. El encuentro con Macron sentó las bases para abrir una nueva fase en la relación con Francia tras el fuerte desencuentro por la venta de submarinos a Australia, en la que EUA se impuso a un acuerdo previo entre París y Canberra. Biden reconoció que en esa cuestión la gestión de Washington no fue impecable: “Lo que hicimos fue torpe”, dijo. La cita con el Pontífice evidenció la cercanía y la cordialidad de una nueva etapa en las relaciones entre la Santa Sede y Washington. Macron mostró su disposición a pasar de página, manifestó que es necesario mirar al futuro y celebró gestos de Biden que permiten, a su juicio, ir reencauzando la relación. “Hemos aclarado lo que teníamos que aclarar”, dijo. El presidente estadounidense señaló que en el grave episodio australiano creyó que Francia estaba al tanto de que su contrato iba a ser aparcado en favor de una venta de submarinos con propulsión nuclear por parte de EE UU.
Antes de reunirse con los dos políticos europeos, el líder estadounidense fue recibido por el papa en una visita que, en total, duró más de tres horas . El entendimiento entre ambos mandatarios quedó patente en las palabras que se dedicaron. “Eres el mayor luchador por la paz que he conocido”, dijo Biden al Papa. El pontífice, a su vez, se mostró feliz de que Biden sea un buen católico y defendió que debe seguir recibiendo la comunión pese a sus posturas a favor del aborto.
Texto y foto: Agencias




