El pianista celebra sus 80 años con un programa que acerca al mundo de las raíces tradicionales mexicanas
QUE EL CANTO de los wixárikas se escuche en el Palacio de Bellas Artes acompañado de los acordes en piano de uno de los compositores contemporáneos más importantes en el mundo “es una victoria de la cultura indígena de México”, vaticinaba este jueves el antropólogo y escritor Victor Sánchez, amigo y colaborador cercano de Philip Glass.
Y así fue, la noche del viernes, en el primero de tres conciertos que celebran los 80 años de vida del pianista y compositor, los cantos espirituales de músicos de Santa Catarina Cuexcomatitlán fusionados con la interpretación del pianista ofrecieron al público una velada mágica y espiritual.
Desde que puso un pie en el escenario para interpretar “Hikuri”, (“El cacto sagrado”), el compositor estadounidense fue recibido entre aplausos y gritos de emoción. A su lado, como una suerte de guías espirituales, iban Daniel Medina de la Rosa, violinista y cantante wixárika, y su hijo, Erasmo Medina, quien toca la guitarra wixárika.
Vestidos con su colorido traje tradicional, los músicos elevaron una alabanza al “Hermano Mayor” o “Hikuri”, un canto repetitivo cuya letra el público pudo seguir tanto en inglés y español, como en lengua wixárika.
“HikuriW, (“El cacto sagrado”), pieza compuesta por Daniel Medina de la Rosa con arreglos de Philip Glass fue la pieza con la que el pianista y compositor estadounidense inauguró el programa de conciertos que el Palacio de Bellas Artes ofrece este fin de semana para celebrar sus 80 años. Un programa que, según el aclamado músico, da cuenta de su acercamiento a ese mundo mágico de las raíces tradicionales de México.
En esa primera velada, el pianista solo interpretó esa pieza. Después de los estrepitosos aplausos que celebraron su participación con los wixárika, Philip Glass observó desde el público cómo su amigo y colaborador, Michael Riesman, conducía la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) y al Coro de Madrigalistas y Solistas Ensamble del INBA para interpretar dos de sus composiciones musicales: “Days and Nights in Rocinha” y “Sinfonía #7 – Tolteca”.
La primera se trata de una pieza en la que ofrece su impresión musical y tributo a Rocinha, un famoso barrio de Río de Janeiro que el pianista frecuentaba durante sus estancias en Brasil.
La Sinfonía Tolteca es una obra inspirada en la trinidad sagrada de los wixárika, que comprende “El maíz”, “El Hikuri (Raíz sagrada)” y “El venado azul”. Una pieza que también celebra las raíces tradicionales de las culturas indígenas.
Philip Glass ofreció ayer el segundo concierto titulado “Philip Glass. De estreno a los 80”, que incluyó la participación del Cuarteto Latinoamericano, la soprano Olivia Gorra, el pianista James Demster, el actor Diego Luna en la lectura del poema “Wichita Vortex Sutra”, entre otros.
Texto y Fotos: El Universal