Según el doctor Jorge Herrera Silveira, investigador del Cinvestav, la entidad ya no necesita el asentamiento de más granjas porcícolas, ya que lejos de beneficiar a la población, la perjudica, así como al manto freático. “No se necesitan más granjas, se necesita eficientar las que ya están, a fin de evitar la contaminación que genera”, puntualizó.
Cabe recordar que, hace unos meses, habitantes de Homún manifestaron su rechazo por la colocación de una granja con más de 30 mil cerdos en este municipio, violando el derecho a decidir del pueblo maya, y de paso ser una amenaza de contaminación del agua y los cenotes de esta demarcación.
Sobre este tema, luego de darse a conocer que la calidad del agua no es óptima en ninguna parte de la costa yucateca, Herrera Silveira urgió la necesidad de que las granjas de pollo, cerdo y de reses, pongan énfasis en el cuidado de sus aguas residuales, ya que la proliferación de las mismas está impactando a los cenotes.
Si bien se está procurando un crecimiento económico, cuestionó qué pasará con las personas que viven de la explotación de estos cuerpos de agua. “Estamos preocupados por la pobreza, pero no hay que darle al que más tiene, sino a los pobres”, indicó.
“Entonces, que no haya discursos contradictorios. Si hay pobreza, pues hay que apoyar a quienes menos tienen y no las actividades de los que más tienen. No necesitamos más granjas porcícolas, necesitamos que se eficienticen las que ya están”, añadió.
En este tenor, el investigador consideró que en Yucatán la norma para el cuidado del agua está muy “relajada”, ya que el empresario prefiere pagar una multa que hacer una planta de tratamiento, pues es más barato.
Señaló que el trabajo de aplicar las normas para el cuidado de tan vital líquido le corresponde a la Comisión Nacional del Agua (Conagua); sin embargo, no lo hacen, a pesar que la queja tiene varios ayeres. “La omisión también debe ser sancionada, más sobre los funcionarios públicos”, concluyó.
Texto: Jesús Gómez
Fotografías: Cortesía
