Las playas, los zoológicos del Centenario y Animaya, Mérida en Domingo, la Bici Ruta y hasta el Parque de las Américas son algunos de los lugares favoritos de los meridanos y yucatecos para disfrutar de un domingo de vacaciones, que para algunos estudiantes y maestros ya están por finalizar.
En Progreso se esperaba una buena asistencia de paseantes, ya que son apenas unos días después de la quincena, aunque también muchos padres de familia optaron por administrarse mejor, por el próximo gasto en útiles escolares.
En el Centenario, desde que abrió sus puertas, la gente comenzó a llegar para que por horas pasaran un día de entretenimiento.
Rigoberto Yamá, alarife y vecino de la colonia San Antonio Xluch, dijo que llegó como al mediodía y estaría un par de horas.
“Vengo entre cuatro a cinco veces al año, la pasamos bien, nos trepamos al trenecito, al teleférico, espero gastar como 500 pesos, la verdad no nos podemos pasarnos porque tenemos gastos de los útiles escolares”, comentó.
Señaló que en este período vacacional no fue para nada a la playa, ya que mejor opta por ir en otras fechas porque cuando está lleno no atienden bien.
Asimismo, indicó que cuando va al puerto suele gastar como mil pesos, dado que les gusta comer pescado, tomar refrescos y cervezas.
“Si aquí en Mérida sólo un pescado como de 300 gramos cuesta como 70 pesos, allá es más caro”, expresó.
Los comerciantes en las playas indicaron que en julio las ventas no habían sido las esperadas, sobre todo porque las familias por lo regular, gastaron poco.
En el primer semestre del año, el gasto medio de los turistas internacionales cayó a un ritmo de 5% mensual en comparación con 2022, según datos de la Encuesta de Viajeros Internacionales elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Durante abril y mayo la caída incluso fue de 10%, mientras en junio se desaceleró a 7%.
El calor que hizo ayer propició que el área infantil, los pequeños disfruten de un baño con los chorros de agua que salen del piso. Hasta los animales buscaban refrescarse. El jaguar melánico se la pasaba una buena parte del tiempo en sus tanque. Al hipopótamo ni su cabeza se alcanzó a observar, pues estaba sumergido en su estanque
En el trenecito, las largas filas eran evidentes, pero visitante que no se sube y da una vuelta no asistió al parque, dicen.
Una persona explicaba a su acompañante, que por primera vez asistía al lugar, que podía comprar los boletos que quiera para el trenecito, pero que tiene que hacer fila por cada boleto.
En el área de comida, las mesas lucían llenas: la gente disfrutaba de tacos de carne asada, pizza, tortas, entre otras viandas.
Buena parte de las personas adquiría bebidas o agua para refrescarse, aunque por reglamento no pueden ingresarlos al área de los animales.
Texto y foto: Darwin Ail