El pequeño José Ignacio Poot Yam fue sacado con vida de la piscina en el centro cristiano Fuente Vida, y luego de desvanecerse ya no se le pudo ayudar, aseguró el director del DIF Yucatán, Límber Sosa Lara.
El funcionario negó que el padre del infante, que falleció en trágico paseo la tarde del martes, haya hecho gestiones para recuperar a sus hijos internos del Caimede, y ni siquiera hizo el intento por visitarlos.
Ninguno de los padres, aseguró Sosa Lara, se acercó al Caimede "ni siquiera a pedir visitas".
Respecto al accidente en la piscina, insistió en que se debió a un lamentable hecho fortuito.
"Los niños estaban jugando, se sumergían y salían del agua y el niño en una de esas salió y lo notaron mareado, entonces lo sacaron, vomitó y se desvaneció, le practicaron los primeros auxilios y ya nada pudieron hacer", informó.
Sobre la denuncia que José Crescencio Poot Chalé, padre del infante, anunció que interpondría contra el Caimede, Sosa Lara señaló que, en primer lugar, "el Caimede no quita niños".
Y agregó que el año pasado, para estas fechas, la tía de los menores se presentó ante la Prodemefa a denunciar que los niños y la madre eran víctima de violencia familiar.
La denunciante indicó que la madre padece esquizofrenia y se le declaró no apta para atender a los niños y se los entregaron a la hermana que vive en Peto, quien al no poder atenderlos recurre a la Prodemefa y se determina que es mejor tenerlos en el Caimede.
Tras los estudios médicos se comprueba que la mamá no está condiciones de salud para atenderlos y el papá se desentiende, además de que los niños lo señalan como generador de violencia familiar.
De ese día a la fecha no hay solicitud de visita de ninguno de los padres, solo de dos tías, una materna y otra paterna.