Para el presidente de la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción AC (AMIC), Francisco Gallo Palmer, los excesos cometidos por los diputados en la discrecionalidad de gestión de recursos en obras debe de terminarse, porque muchas de estas obras las realizan los amigos de los diputados y se convierten en claros competidores para las pequeñas y medianas empresas de este sector, aseguró.
El dirigente empresarial al concretar el inicio de los trabajos de ese organismo en Yucatán, señaló que los diputados federales tienen la discrecionalidad de unos 10 mil millones de pesos en obras que son asignadas muchas veces a empresas cercanas a los propios legisladores y esto deja fuera a cientos de pequeñas y medianas empresas que no tienen acceso a la realización de estos proyectos.
Gallo Palmer señaló que los diputados federales se vuelven en claros competidores con los micro y pequeños empresarios del sector de la construcción, ya que realizan las obras y nunca están debidamente integradas, las personas beneficiadas nunca pueden medir la calidad de estas obras y en ocasiones las gestiones de estos montos arrastran a oscuros trasfondos de las empresas constructoras.
–Es preciso que se terminen estos hechos de corrupción y se permita a todas las empresas poder acceder a estos proyectos que se realizan en los municipios, debido a que cuando se completan estas obras las supervisan personas ajenas y sin el conocimiento de los requerimientos técnicos necesarios para validarlas –afirmó.
Gallo Palmer indicó además que el organismo que preside determinó no apoyar el pacto firmado por el Gobierno Federal en días pasados porque los constructores no están representados en este sector, por ello el impacto del gasolinazo ha obligado a establecer cargas fiscales excedentes a las empresas de la construcción que lesionan gravemente a este sector.
Es preciso que las autoridades modifiquen las leyes para que el sector público pueda dar cabida a los ajustes presupuestales que se requieren cuando ya se contrató una obra, porque entonces son los constructores los que pierden cuando se registran aumentos, como lo fue en el caso del gasolinazo y el pequeño y mediano empresario no pueden soportar estos aumentos.
Expuso que el empresario logra hasta un 12 por ciento como ganancia de una obra, pero en este momento los costos de los productos han aumentado entre un 20 y un 30 por ciento, tan sólo la varilla de acero subió de 12 mil 500 pesos a 15 mil y la tonelada de cemento se pasó de 3 mil a 4 mil pesos y estos incrementos no están previstos para el empresario al momento de presupuestar una obra.
Es indispensable que este problema se resuelva y con ello los diputados también respalden los mecanismos de supervivencia de las micro y pequeñas empresas constructoras, debido a que en este momento muchas de las empresas pasan por momentos apremiantes, todo ello ante el impacto que representa el aumento salarial autorizado de hasta 80 pesos diarios para un trabajador, con este incremento también se registraron aumentos en los pagos al IMSS, Impuesto por las nóminas, en algunos estados de hasta 3.5 por ciento, además de pagos tributarios por impuesto al trabajo ante Hacienda.
Es preciso que ante estos problemas las autoridades puedan tomar debida conciencia y evitar las condiciones que afectan negativamente a las mypimes del sector de la construcción, ya que representan unos 100 mil empleos en el país, comentó.
–José Cortazar Navarrete