El glifosato es un herbicida de amplio espectro desarrollado para la eliminación de hierbas y arbustos que, usado en la Península de Yucatán, genera una importante contaminación al manto freático.
Según datos oficiales, el agua de la Península ya rebasa, en un 90 por ciento, la cantidad permitida de esta sustancia por la Organización Mundial de la Salud (OMS), reveló Wendy Bazán Landeros, ex estudiante de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales.
Así lo dio a conocer en el marco de la quinta Marcha Mundial contra Monsanto, y que en la ciudad de Mérida se realizó con un plantón informativo en la Plaza Grande.
Monsanto es una empresa que se dedica a la producción de semillas y demás, las cuales son modificadas genéticamente. Son quienes controlan el 90 por ciento de la producción de granos de este tipo en todo el mundo.
“Ésta es una actividad para sumar nuestras voces, queremos mostrar nuestro descontento que en la Península de Yucatán se estén sembrando semillas transgénicas”, comentó.
Detalló que las semillas están acompañadas de insumos como el glifosato; herbicida declarado por la Organización Mundial de la Salud como peligroso y el usar en la Península donde el agua se filtra resulta alarmante.
“Existe una incertidumbre por el tema ya que las empresas patrocinan los estudios y hay mucha desinformación al respecto. Entonces, lo que venimos a hacer el día de hoy esto es informar a la gente sobre qué es un transgénico, cómo nos puede afectar y cómo se está suscitando el tema en Yucatán”, explicó.
Respecto a la demanda que interpuso la federación en contra de la entidad yucateca por declararse estado libre de transgénicos, Bazán Landeros lamentó que se prefiera responder a los intereses de las empresas trasnacionales que la seguridad alimentaria y bienestar de los ciudadanos.- Jesús Gómez