La captura de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” es, efectivamente, una buena noticia, que merece el reconocimiento al esfuerzo y eficacia de quienes participaron en la aprehensión de dicho peligroso capo del narcotráfico.
Lamentablemente, luego del anuncio de la captura, las autoridades mexicanas entraron en un estado de “semi embriaguez” que les llevó a cometer algunos excesos discursivos. En Palacio Nacional, el presidente Peña Nieto abrazaba a todos, en una actitud festiva al por mayor. El Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong -en el aeropuerto del D.F- llegó al grado de expresar: "No existe delincuente que esté fuera del alcance del Estado mexicano".
Puedo entender que la detención del “Chapo” representaba una buena noticia para el gobierno de México, pero creo que resultó imprudente este excesivo festejo.
En primer término, porque debemos de considerar que la captura de este capo es únicamente la corrección a un grave caso de ineficiencia y corrupción gubernamental en la custodia de reclusos peligrosos.
En segundo término, el festejo de Peña Nieto y su equipo parece una broma de mal gusto frente a la cotidianidad que viven millones de mexicanos en materia de seguridad pública. Veamos tan sólo dos ejemplos de delitos, entre los muchos que se cometen en nuestro país, para entender la realidad. De acuerdo con los datos del INEGI (es decir las cifras oficiales) en 36 meses de gobierno de EPN se cometieron 55,284 homicidios (un promedio de 51 personas asesinadas diariamente). Para hacernos una idea de la magnitud del delito de homicidio en México, bastaría imaginar que si colocáramos el total de esos ataúdes en línea recta, se formaría una hilera de 99 kilómetros de longitud.
Dichas cifras no dan para lanzar cohetes al cielo.
Por otra parte, diversos organismos de la sociedad civil dan cuenta de que, en el mismo período, 5,943 personas fueron secuestradas en México (un promedio de 5 secuestros por día durante esos tres años). Esto se traduce en que, todos los días, cinco familias mexicanas debieron buscar la manera de pagar el rescate y poder salvar a su ser querido.
Nada, absolutamente nada qué festejar.
Y ni qué decir de delitos como la extorsión o el asalto a mano armada, muchos de los cuales no son denunciados por la desconfianza ciudadana en las autoridades. Son delitos que se producen con total impunidad y que afectan a miles de mexicanos, ricos o pobres, todos los días.
La efusiva actitud del gobierno mexicano me hizo recordar aquel viejo chiste en que la maestra explicaba a los niños: “La hiena es un animal que vive en África en un clima caluroso de 45 grados, come carroña, se aparea una vez al año y emite un aullido semejando a la risa del hombre”
-¿Entendieron la lección?
-No maestra
-¿Qué no entendiste Pepito?
-Profesora: si la hiena vive en África con un calor asfixiante; come carne podrida y mal oliente y tiene sexo una vez por año ¿de qué se ríe?
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