El pueblo Wixárika (huichol) (primera parte)

Deyanira Trinidad Álvarez Villajuana

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De acuerdo con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (2010), los wixaritari o pueblo huichol revisten una gran importancia para nuestro país, y se encuentran asentados en la región de la Sierra Madre Occidental, comprendiendo en gran medida los estados de Durango, Jalisco, Nayarit y Zacatecas. El territorio que ocupan en la actualidad, es menor al que aparece reflejado en su cosmovisión, siendo de aproximadamente 90, 000 kilómetros cuadrados. La contracción del territorio es fundamental para entender la problemática actual relativa a los sitios sagrados del pueblo wixarika, que se ubican en los cinco rumbos del universo. Tal y como ocurrió en el caso de todos los pueblos originarios, con la conquista y colonización española, los wixaritari sufrieron alteración y desmembramiento de su territorio original, lo que continuó durante los siglos XIX y XX.

La repercusión que esto tiene en la reproducción social y cultural de este pueblo es enorme y se vincula de forma directa con su cosmovisión. Los lazos que vinculan a las diferentes unidades del pueblo wixarika se expresan a través del nana’iyari cuyo significado es pertenencia o literalmente el camino del corazón; sin embargo, el nana’iyari es algo que se vive y que tiende a reproducirse de forma diaria como costumbre. Siguiendo la costumbre se fortalece la cultura del pueblo wixarika, ya que, permite recrear el tiempo original, cuando nacieron los kakaullari de quien descienden los actuales wixaritari; por ello los sacrificios que son inherentes a la peregrinación fortalecen lo que se considera como el corazón colectivo, mejor conocido como el nana’iyari (CNDPI, 2010).

En sintonía con lo anterior, la CNDPI (2010), menciona que existe un ritual wixarika que da estructura y guía a este pueblo, siendo la peregrinación, las abstinencias y el consumo de hrkuri (peyote), parte esencial de dicho ritual. Existen en esta comunidad, múltiples narraciones, en especial, una que hace referencia al recorrido del Sol sobre la Tierra, en la cual están comprendidos algunos de los lugares sagrados de los wixaritari; y es a través de una peregrinación constante hacia estos lugares sagrados como este pueblo asegura su continuidad cultural y social:

a) Wirikuta se encuentra al Oriente, por donde se levanta el Sol: se ubica en el semidesierto de San Luis Potosí, en los municipios de Catorce, Villa de la Paz, Matehuala, Villa de Guadalupe, Charcas y Villa de Ramos.

b) Tatei Haramara es la madre del maíz de los cinco colores; se ubica al Poniente, siendo la puerta sagrada de entrada al quinto mundo, y se representa por las dos piedras blancas (Tatei Waxieve y Tatei Yukawima) que se levantan en la Isla del Rey, frente al puerto de San Bias, en el estado de Nayarit. Aquí es donde el Sol tiene que luchar fuertemente al ocultarse, para renacer cada día por Wirikuta, por donde transitaron los ancestros.

c) Xapawiyeme – Xapawiyemeta, lugar donde tocó tierra Watakame (enviado de la madre del universo, Takutsi Naakawe) después del diluvio, se ubica en la Isla de Los Alacranes, en el Lago de Chapa la, estado de Jalisco.

d) Hauxamanaka (lugar donde quedó el varado), sitio sagrado en el que la canoa de Watakame dejó su varado (restos de la canoa y de lo que arrastró el diluvio), se ubica en la parte alta del cerro Gordo, en la comunidad Q’dam de San Bemardino Milpillas Chico, Pueblo Nuevo, Durango. 

e) Tee’kata, lugar del fuego primigenio, donde nació el Sol, ubicado en el corazón del territorio wixarika, en Santa Catarina Cuexcomatitlán, municipio de Mezquitic, Jalisco.

La cosmovisión del pueblo wixarika, se extiende por los estados de Durango, Colima, Jalisco, Nayarit, Nuevo León y Zacatecas. Sus sitios sagrados, de forma similar que cualesquiera de las culturas originarias, no deben como meros puntos geográficos, sino como expresiones de la cosmovisión de este pueblo, en donde el Sol muere y renace cada día permitiendo la continuidad de los wixaritari. En esta lógica, la peregrinación hacia esos sitios considerados por ellos como sagrados, y las ofrendas que se depositan ahí son parte fundamental del ritual que permite la renovación de la vida. Asimismo, en las peregrinaciones se pone de manifiesto la organización social que caracteriza a los wixaritari (CNDPI, 2010).