El tomate

“Érase una vez una planta. Un tomate. Sin que se sepa cómo ni por qué creció en una playa. Una playa urbana de una linda localidad costera. Surgió durante la primavera, como surgen las cosas bonitas, y los besos de amor. Era un tomate hermoso, elegante, fresco… La niña bajaba cada tarde tras la escuela al arenal, con sus abuelos.

Y admiraron un día al tomate…

Desde entonces la pequeña decidió ocuparse personalmente de la planta. Fue guardiana de su crecimiento, le bajó agua para que se mantuviera hidratado, le habló con ternura y cariño, y le tomó fotografías. La niña era cariñosa y al parecer tenía muy buena mano con las plantas. Pronto el tomate estuvo frondoso y lindo…

Llegó el verano…

Y con él los veraneantes. Gente y gente. El arenal se llenó de personas ávidas de sol y de arena y de mar. Bajaban a diario con sus toallas sin percatarse de la presencia del tomate. Hasta que un buen día llegaron de un programa de televisiòn para hacer un reportaje. Les parecía fascinante el crecimiento del tomate…

Entonces todos se fotografiaron con él…

Hablaron de él…

Le concedieron importancia…

La chiquilla no daba crédito…”

Dedicado a mi hermana

Y a las personas de verdad, con causa, las que no se mueven por intereses

Para Luisito, una sonrisa hasta su cama de hospital

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