Con saldo blanco concluyó la celebración del Día de San Juan en la comunidad de Sucopo, donde por séptimo año consecutivo los habitantes organizaron este evento en el que se lanzaron al agua.
Desde las 12 del medio día la música de charanga se dejó escuchar en el comisariado municipal, sitio donde los habitantes de reunieron y caminaron hasta el cenote “Siete bocas”, en el que un grupo de jóvenes esperan ansiosos para lanzarse al agua.
Al igual que en años anteriores, en los alrededores se saturó de visitantes y lugareños que aplaudieron a cada uno de los clavadistas que se arriesgaron al tirarse a las profundas aguas de esta cavidad acuática.
Previo a la participación de los bañistas, un grupo de mestizas arrojaron pétalos de rosas y hojas de la planta de San Juan, como ofrenda para pedir por la seguridad de quienes se lanzarían al agua.
Según la tradición y los antiguos pobladores, quienes participan en este icónico baño quedan protegidos de contraer alguna enfermedad, sobre todo de la piel, o adquieren la fertilidad garantizada.
De acuerdo a la historia de la comunidad, esta tradición se practicaba desde hace muchos años, pero dejaron de organizarlo debido a que los jóvenes crecieron y se fueron en busca de mejores oportunidades de vida. Hasta que hace siete años el señor Ariel Guerrero lo retomó y desde entonces cada año tratan que sea mejor que las ediciones anteriores.
Al concluir la ceremonia se repartieron tacos de cochinita y pozole entre los asistentes, mientras que los clavadista continuaban con su rutina del baño, para luego salir a través de una escalera que se coloca en una de las 7 bocas de este cenote, ubicado en esta comisaría tizimileña.
Texto y foto: Isauro Chi
