La lista negra

Carlos Hornelas
carlos.hornelas@gmail.com

Tras la Segunda Guerra Mundial, en tiempos de la llamada Guerra Fría, cuando el mundo estaba polarizado en dos bloques ideológicos irreconciliables, en Estados Unidos se generó una preocupación sobre la posible incursión de comunistas que desestabilizarían el “American way of life” y terminaran con la “democracia occidental”. Los “comunistas” se volvieron los enemigos favoritos en la narrativa del Estado americano de esos años.

Durante su período en el senado, Joseph McCarthy encabezó una cacería de brujas en contra de supuestos operadores políticos soviéticos radicados en suelo americano. Las persecuciones y acusaciones en contra de ciudadanos que eran señalados como agentes encubiertos, espías o colaboradores con el régimen ruso, fueron subiendo de tono cada vez más.

Con el miedo -fundado o no- de tener infiltrados exteriores desestabilizando el gobierno americano, McCarthy y sus seguidores vendieron la idea de la necesidad de extirpación de este mal en la política americana.

Como una cuestión de extrema urgencia y oportunidad, insistieron en la captura y desarticulación de supuestas redes de colaboración que trabajaban desde el interior mismo de la administración pública, en contubernio con los sectores que podrían resultar menos sospechosos para la gente común y corriente, pero no para el ojo clínico de McCarthy como los guionistas de Hollywood, como Dalton Trumbo, escritoras de cuentos infantiles como Helen Goldfrank, científicos como Oppenheimer llamado el “padre de la bomba atómica”, actores como Orson Welles o el mismo Charles Chaplin y periodistas como el célebre conductor de 60 minutos, Edward R. Murrow quien le enfrentó en la televisión nacional.

La posición de McCarthy desencadenó una serie de interrogatorios, incriminaciones sin sustento, delaciones y señalamientos de personas cuya presunción de inocencia se ignoraba en aras de eliminar las amenazas letales. Para sus propósitos, el senador republicano por Wisconsin partió de una lista de 205 posibles implicados a los cuales acosó despiadadamente hasta que fue destituido en 1954.

El presente régimen tiene y publica sendas listas que señalan quién es quién en los precios, quién es quién en las noticias falsas y hasta de los videojuegos más perniciosos, según el presidente López Obrador… en un momento se dijo que se trabajaría una lista de legisladores que no respalden ciertas reformas, de quienes son deudores del fisco (violando la privacidad de sus datos personales), así como de jueces corruptos. Además, y en contra de la Constitución, se quería condicionar los servicios de telecomunicaciones celulares a través de un padrón con datos biométricos a cargo del gobierno actual.

Las listas de ciudadanos han sido utilizadas por diversos gobiernos que lamentablemente las han ocupado para eliminar a sus disidentes o adversarios políticos como ha pasado con el nazismo alemán, el fascismo italiano, las purgas soviéticas y de la KGB, la revolución china, el franquismo y en particular en América Latina en los regímenes de dictadura en Brasil, Uruguay y Argentina, por citar algunos ejemplos.

Claudio X. González, fundador de la organización “Sí por Mexico” y opositor al gobierno en turno, sorprendió esta semana a través de una comunicación por la red social Twitter en la cual aseveró que tomaría nota de aquellos que alientan las acciones de la llamada 4T. Elaborará su propia lista negra de los colaboradores del régimen para ¿castigarlos en el futuro? Uno se pregunta entonces si el tono con tufo de amenaza de un empresario suena a que tiene el poder real de sancionar a quienes apoyen al gobierno, ¿a quién busca amendrentar? ¿Al gobierno?,¿a los colaboradores?, ¿a los partidos políticos? ¿No sería mejor que si se siente con tantos arrestos mejor inicie listas de quienes quieran incorporarse a un nuevo partido opositor y demuestre su músculo? O También podría iniciar una lista de quienes quieren votar a favor de la revocación de mandato. Esto, claro si el tono de sus declaraciones no fuera amenazante y autoritario. A diferencia de AMLO, no tiene respaldo en las urnas. Por lo mientras la única lista negra que me gusta es la canción del Cuarteto de Nos.

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