El director del Laboratorio de Políticas para la Seguridad y Desarrollo, Ángel Rodríguez Aquino, está consciente de que los cigarros electrónicos o vapeadores causan daños a la salud, pero que en menor proporción a lo que ocasiona un cigarro convencional, por lo que consideró que la prohibición de estos productos, decretada en mayo de 2022, representa negarle la oportunidad al consumidor de tabaco de elegir una opción menos nociva, y que puede funcionar como un esquema de transición de alguien que tiene una adicción al tabaco hacia un esquema donde consuma menor cantidad de nicotina e incluso pueda dejar de fumar a mediano o largo plazo.
Pero, además, abre la puerta a un mercado negro en el que circula producto de bajo precio y por ende de una calidad muy dudosa que puede inclusive ocasionar un impacto mayor a la salud.
“La discusión sobre los vapeadores en México, y en muchos lugares del mundo está en la lógica del decreto presidencial que se publicó el 31 de mayo de 2022 que prohíbe la comercialización y tránsito de estos sistemas electrónicos de administración de nicotina, (cigarros electrónicos o vapeadores), pero la gente los sigue utilizando” , explicó el entrevistado, quien subrayó que un cigarro convencional tiene alquitrán y muchos más químicos.
“Hay algo que se conoce como la estrategia de reducción del daño, que es lo que se está impulsando, no se afirma que los vapeadores sean inofensivos, ya que como cualquier mecanismo de consumo de nicotina genera una adicción y además uno no deja de estar inhalando humo o vapor que podría generar daños a la salud”, expresó Rodríguez Aquino y recordó que cuando se prohíbe algo, aparece el mercado negro si existe la demanda
“En la ciudad de México, en la zona de restaurantes abundan jóvenes o adultos vendiendo todo el dispositivo como si fuese chicles, el problema es que esos vapeadores no están regulados, y entonces no sabes quién los produjo, no sabes cuál es la calidad del aceite, ni sabes cuál es la calidad del cartucho que se está consumiendo, entonces evidentemente ocurre como con las falsificaciones de los cigarros normales, tener productos de muy mala calidad y que son los que terminan dañando a las personas que lo consumen”, enfatizó el especialista.
Texto y foto: Manuel Pool