CARLOS HORNELAS
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China está sacudiendo el mundo, literalmente y lo hace en muchos frentes de manera simultánea. Ha dado muestra del alcance de sus logros el martes de esta semana cuando sacudió la bolsa y puso entre las cuerdas a los gigantes tecnológicos americanos.
El lanzamiento de la IA llamada Deep Seek, de origen chino, ha resultado un serio competidor de sus contrapartes americanos, de acuerdo con los expertos en la materia, ha superado a ChatGPT, la inteligencia precursora de todo este alud de aplicaciones, y producida por la empresa Open AI, en rubros como la programación, la inferencia del lenguaje natural y las matemáticas.
Si esto no fuera poco, habrá que añadir que lo ha logrado a un costo menor al 95% de sus rivales estadounidenses, en un momento en el cual se daba por hecho que el desarrollo de modelos posteriores y más acabados que lo que hemos visto requerirían de cuantiosas inversiones, así como de una infraestructura cada vez más demandante de recursos y energía.
Deep Seek ha sorteado las dificultades de la ríspida relación comercial con Estados Unidos. Como se sabe, este país había impuesto un bloqueo China so pretexto de competencia desleal que incluye varios frentes, que van desde las telecomunicaciones, aplicaciones, industria automotriz, hasta, por supuesto la adquisición de chips para los servidores que hacen posible las millones de operaciones que son necesarias para poder garantizar el óptimo funcionamiento de la Inteligencia Artificial.
Ahora se conoce que desde hace al menos dos años, China trataba de sortear estos inconvenientes y lo ha logrado a partir de un diseño Open Source, que además permite ver cómo funciona. Cualquiera puede descargarlo, distribuirlo y desmontarlo si cabe la expresión, para ver cómo funciona. Cosa que no sucede con el resto de modelos de este tipo, por considerarse un secreto comercial con una ventaja competitiva para cada empresa.
Esto ha provocado que compañías como Nvidia, quien ha provisto los chips con los cuales ha sido entrenada la IA en occidente, haya visto caer sus acciones en la bolsa, tras conocerse que, con chips de menor rendimiento y menos avanzados, Deep Seek ha logrado casi equiparar los logros de sus competidores, pero a un costo ínfimamente menor.
Muchas de estas opciones habían condicionado la entrega de resultados a una membresía de paga, o bien ofrecen funciones más avanzadas a cambio de planes de pago en los cuales el usuario no sabe con seguridad cómo trabajan. Ahora todo esto ha cambiado y las start ups que dependían de contratos y licencias pueden trabajar en soluciones desde el código abierto de Deep Seek.
El 27 de enero se convirtió en la aplicación más descargada a nivel mundial y en algunos casos, tanto la tienda de aplicaciones de Apple como de Google empezaron a removerla del catálogo para el público en general.
Open AI, por su cuenta ha llamado la atención en el sentido de que dice haber encontrado pruebas de que podrían haber usado modelos propietarios de esta empresa para entrenar al modelo de código abierto. Es decir, ha puesto el dedo en el renglón sobre el uso ilegal de propiedad intelectual.
Esto, francamente, viniendo de Sam Altman suena completamente ridículo debido a que jamás ha reconocido la fuente de los datos originarios de ChatGPT y, como es de conocimiento público, muchos periódicos, autores y medios han mostrado su descontento y suspicacia del uso de sus obras sin el consentimiento necesario para entrenar al modelo. Asimismo, recordemos que incluso se ha atrevido a usar la voz de Scarlet Johanson sin enterarla para obtener resultados simulando el timbre de su voz.