DESPUÉS DE MUCHOS AÑOS DE PREPARACIÓN ESPIRITUAL para poner en práctica la palabra de Dios, (entre 19 y 30
años), integrantes del movimiento neocatecumenal redescubrieron el bautismo y en una liturgia celebrada por el arzobispo Mons. Gustavo Rodríguez Vega, de nueva cuenta renunciaron al mal.
–Tenemos que llevar una buena conducta y no perder la conciencia de ser hijos de Dios y sus consecuencias –dijo el Prelado.
Recordó que recibimos el bautismo de manera inconsciente cuando somos bebés y ahora después de recibir la catequesis como iglesia adulta, existe el compromiso de vivir conforme a la imagen de Jesucristo y ser misericordiosos y comprometidos con la vida cristiana, lo cual quedó de manifiesto como una confesión de fe con el rezo del Padre Nuestro, (la oración que el propio señor nos enseñó).
El presbítero Juan Manuel Castañón que desde la Arquidiócesis de Mexico fue enviado como misionero a la península para encabezar al equipo que trabaja en la integración del Movimiento Catecumenal, dijo a Punto Medio que se trata de una iniciativa cristiana que Dios inspiró a partir del Concilio Vaticano II.
–Surgió porque somos muchos los bautizados que no vivimos el Bautismo, y lo que se logra con estos años de catequesis es descubrir el inmenso amor de Dios que no vemos –detalló.
Para explicar de una manera práctica la función que tiene este movimiento, dijo que así como en el kínder nos enseñan que un frijolito puede germinar con ayuda de un algodón humedecido en un envase de vidrio con una tapa perforada, así germina la fe en un entorno adecuado que se integra por pequeñas comunidades cristianas que son las que se reúnen cada semana para reconocerse y vivir como hijos de Dios en cada momento.
–Tenemos una vida en la que no hemos sido adecuadamente catequizados y tenemos ideas equivocadas de Dios, de la religión y de la fe, como que Dios castiga -explicó.
Texto: Manuel Pool
Fotos: Gabriela Cortés
