Una de las familias yucatecas cuyos integrantes trabajaron juntos para convertirse en referentes del turismo inclusive a nivel internacional son los Bojórquez, que tienen un origen muy humilde.
En abril de este año que ya está por finalizar, tuve la oportunidad de platicar con los hermanos Armando, Luis y María, quienes recordaron con mucho cariño la labor que su padre, Alberto Bojórquez Pérez inició cuando era maestro en Villahermosa, donde con el afán de promocionar los atractivos de su amada tierra, Yucatán, organizaba viajes para visitar Mérida y las zonas arqueológicas; y en los largos recorridos, además de contar chistes y declamar, hablaba orgulloso de la historia de los mayas.
–La promoción la hacía junto con mi mamá, Delfina Patrón, casa por casa y cuando ya vivíamos en México, acostumbraba mi papá a organizar reuniones en nuestro hogar para invitar a la gente a viajar y para que se animaran hasta les repartía cochinita, y yo bailaba jarana– recordó María, quien fue la única de los ocho hijos del matrimonio Bojórquez Patrón nacida en la capital, pues los mayores nacieron en Motul y Mérida. Don Alberto nació en Hunucmá.
De esta etapa de la Familia Bojórquez, ocurrida entre 1959 y 1969, año en el que se constituyeron ya como empresa formal, hay muchas anécdotas que nos dan una idea de lo unida que se mantenían sus integrantes que apoyaban lo mismo para moler el achiote y formar los paquetes que, junto con otros condimentos yucatecos, vendía su padre.
–Les puso “El Boxito”, y atrás el paquete llevaba bombas y recetas yucatecas, y también un teléfono para que las personas que quisieran viajar a Yucatán se comunicaran con la familia. Por cierto, el teléfono era del vecino que nos prestaba su línea allá en la Colonia Narvarte. Así empezamos– explicó Armando.
A lo largo de la plática, también se recordó lo agradables que eran aquellas travesías de más de 20 horas de camino, en las que no había películas ni comodidades en los autobuses, como ocurre en la actualidad, así es que don Alberto cantaba y recitaba para animar a los excursionistas.
María recordó que cuando había viaje todos se levantaban desde muy temprano para ayudar a su madre, doña Delfina, a preparar café y sándwiches para el largo viaje hacia Mérida o Isla Mujeres.
–No habían comodidades ni hoteles como ahora, y cuando llegábamos a Isla Mujeres los mismos pescadores nos preparaban langosta y los excursionistas aprendían a dormir en hamacas, mi papá les mostraba como– recordó Luis.
Don Alberto fue uno de los más entusiastas impulsores de la creación de Cancún como destino turístico, por lo que en reconocimiento una de las lagunas de la Zona Hotelera fue nombrada Laguna Bojórquez, y en 1974 se inauguró en aquella zona el Hotel Club Caribe, propiedad de esta familia que de la misma manera contó con un hotel en Mérida, en la 58 entre 55 y 53 y uno más en Isla Mujeres.
Texto: Manuel Pool
Fotos: Cortesía