Luis Goytisolo niega humor negro

De “parodia impasible” califica Luis Goytisolo su última obra, Coincidencias, una novela con una visión muy crítica de la sociedad actual, de sus hábitos y de su progresiva ignorancia: “Si vemos todo a través de una pequeña pantalla, nos sobra todo”, dice en entrevista.

No es humor negro ni humor absurdo”, asegura Goytisolo (Barcelona, 1935) sobre Coincidencias, editada por Anagrama, en cuya escritura, confiesa, se ha reído mucho.

Por esta novela de Goytisolo, Premio Nacional de Narrativa, de las Letras y de la Crítica, transitan —en rápidos capítulos— personajes diversos como hombres de negocios, emprendedores, jóvenes dependientes de los móviles, conductores enfadados y alguno que otro indignado, que, en un paisaje urbano, dibuja una trama de sentimientos y pensamientos.

Las pérdidas, primero de una cartera y más tarde de un teléfono móvil en un taxi, son los pocos nexos de unión entre los personajes e historias de una novela que Goytisolo comienza con una “cita inventada”: dos personas se encuentran e inician un diálogo congratulándose de la casualidad de no conocerse de nada. “Así preparo al lector acerca de lo que le espera”, advierte Goytisolo.

Recuerda que, tras el realismo crítico que esbozó en Las afueras (1958) y que le dejó insatisfecho, al igual que otra obra posterior, fue con Antagonía, la tetralogía considerada su obra cumbre y que le llevó 17 años, donde encontró su camino, el tono de su narrativa y su tipo de humor. Se declara seguidor de la ironía cervantina, una escuela que no continuó tras Cervantes en la tradición literaria española.

 

Excélsior

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