Magosto…

En la casa estaban todos felices. La abuela se recuperaba muy bien de su neumonía, y les habían dicho a Rocío y a Mateo que iban a tener un hermanito o una hermanita, nacería en la primavera. Era noviembre, pronto sería Navidad, y la temperatura se mantenía cálida y propia del verano…

Además aquella tarde celebraron en el colegio el magosto. Era una costumbre hermosa. Todos los pequeños llevaban castañas y las asaban en una hoguera que los profesores encendían en el patio de atrás. Después las comían con zumo de manzana, cantaban alrededor del fuego, contaban cuentos…

También la niña que acababa de llegar de China participaba alegre en ese festejo. Rocío le explicò que era muy típico en la zona, que se celebraba en días cercanos al San Martín, 11 de noviembre, y que suponía una fiesta de otoño, un agradecimiento a la vida, a la castaña. Un tiempo a la vera del fuego…

El magosto…

Dedicado a todos los que en su infancia, como yo, celebraron un magosto, qué divertido
Dedicado a cada Martín
Dedicado a Natalia, por cumpleaños día 11
Dedicado a Luisito, con todo afecto

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