Notas sobre los Mauricios

La elección para gobernador de nuestro estado se está poniendo mucho más cerrada de lo que varios pudieron anticipar. La contienda Vila-Sahuí ha probado ser bastante más atractiva e impredecible de lo que se veía a finales del año pasado, cuando se dio a conocer que –como todo mundo esperaba- el candidato del PAN sería Vila y –como nadie pudo prever- el del PRI, Sahuí.

Partiendo de la poco cuestionada premisa de que no existen encuestas confiables para esta elección (las hay con todas las combinaciones posibles, y operan más como instrumentos de publicidad que como herramientas estadísticas), y considerando diversos factores, creo que es muy posible decir que la elección se encuentra extremadamente cerrada, si no es que empatada. A continuación, enlisto algunos de los puntos que me conducen a esa conclusión.

Por principio de cuentas, creo que esta es la única elección en la que los negativos que para mucha gente tiene el PRI nacional no operan como un factor que margine de la competencia a este partido. El buen trabajo de Rolando Zapata contrarresta este sentimiento y aísla, o separa, al PRI yucateco del nacional, lo cual en cierto modo diluye el voto de castigo.

Según la mayoría de las encuestas serias, Yucatán es el único de los 9 estados que cambiarán gobernadores en el cual el PRI tiene oportunidad de ganar. Esto hace pensar, y no sin motivos, que la campaña de Sahuí recibirá incontables apoyos de todo tipo desde el CEN de su partido.

En una elección tan cerrada y en un contexto nacional en el que todo apunta a que ya saben quién se llevará el carro completo, pensando en el mediano plazo las gubernaturas que PAN y PRI puedan obtener serán claves en la restructuración del sistema de partidos y en la construcción de la oposición. En ese sentido, y abonando al párrafo anterior, creo que es previsible como se dijo aquí mismo la semana pasada, una movilización, compra y coacción del voto masiva en nuestro estado el 1 de julio. Los partidos que van a la cabeza harán todo por quedarse con la gubernatura.

Como es sabido, más o menos el 50% del voto en Yucatán se encuentra en Mérida y el otro 50% en el interior del estado. En la capital el buen trabajo de Vila como alcalde jugará a su favor, durante la campaña ha enfocado buena parte de su energía en el interior del estado; sin embargo, ahí la presencia de Sahuí y los programas sociales del gobierno del estado (la misma vaina, diría García Márquez) son un peso difícil de contrarrestar.

Finalmente, para muchos el factor Huacho podría ser definitivo. Creo que hay razones para pensar en ese sentido y en el contrario. Por una parte, es verdad que buena parte de los votos que obtenga serán votos robados al PAN; sin embargo, tampoco debe minimizarse el arrastre que generará AMLO, lo cual quitará votos de PAN y PRI. Por otra, en 2015 muchos anticiparon la victoria de Nerio Torres gracias a los votos que le quitaría al PAN Ana Rosa Payán (quien, por donde se le vea, es una política infinitamente superior a Joaquín Díaz Mena). El impacto fue menor del esperado y Vila ganó sin problemas.

Escribo esto dos horas antes del segundo debate para la gubernatura, y lo hago también con la certeza de que este será irrelevante por dos razones, uno, salvo en casos excepcionales una elección no cambia diametralmente tras un debate, y dos, en todo caso, para que esto ocurra, el debate debe tener una audiencia importante, cosa que no va a pasar. Ustedes lo confirmarán al momento de leer esto.

Hechas las sumas y restas me parece que la conclusión es clara: la moneda continúa en el aire; en la batalla entre los Mauricios, aún no hay nada para nadie.

Por Eduardo Ancona Bolio*
eduardoanconab@hotmail.com

* Estudiante de Derecho y aspirante a diplomático con Ítaca en la mente.

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