El peligro de una educación global

Por: Roberto A. Dorantes Sáenz

 

El ser maya es motivo de desprecio en nuestra sociedad, indica una inferioridad en la escala de las clases sociales de nuestra sociedad clasista yucateca, esto se debe a la clase dominante y a  la tendencia de la educación global.

La intención de una educación global, al parecer es buena,  como podemos apreciar en las recomendaciones de la UNESCO en cuanto a una educación para la convivencia armoniosa de los pueblos y la paz mundial, formuladas en el año 1974: en todos los niveles de la educación se ha de aplicar una dimensión internacional y una visión global de las cosas.

La globalización en la educación es una tarea titánica para todos los gobiernos,  estar educando a todos los niños, los jóvenes de una misma forma conlleva a la pérdida de culturas locales, regionales y nacionales.

Los estudiantes de hogares humildes, de barrios pobres o de pueblos originarios, que tienen costumbres diferentes a las de la élite, deben adaptarse en la escuela, al modo de hablar, de pensar y de actuar de aquellos que han impuesto su modo de ver el mundo como el único verdadero, o resignarse a ocupar lugares marginales, que luego reproducirán en el mundo laboral.

Si observamos una escuela tradicional, podríamos creer que en esa sociedad en la que está inserta hay una sola cultura, que todos comparten o deberían compartir, donde la diversidad parecería querer ser borrada, o al menos que permanezca oculta.

Esta concepción tradicional de la escuela está actualmente en revisión, para incorporar a la escuela en un mundo intercultural, donde la cultura popular tenga cabida, no para aceptarla sin más, sino, al igual de lo que debe ocurrir con la cultura dominante ser objeto de análisis y evaluación. Solo así se logrará una sociedad que siembre en sus jóvenes la idea de tolerancia, de respeto a la diversidad y de verdadera igualdad de oportunidades.

Recibimos una herencia cultural que se nos impone y crea en nosotros una conciencia colectiva que logra la cohesión social. Pero hay otras culturas, como las indígenas, con sus propias tradiciones y lengua, que no pueden ser desconocidas si queremos ser amplios y con una educación para todos.

Existen distintas corrientes pedagógicas que estudian este fenómeno de la educación global y las culturas de cada región.

Los asimilacionistas son los que pretenden desterrar estas culturas distintas y que sus integrantes adopten una única cultura, la dominante, perdiendo sus raíces, y obligándolos a considerar que lo que traen como herencia cultural debe desestimarse y descartarse por no tener valor.

Quienes adhieren al relativismo cultural, tiende al respeto de cada cultura, pero al ser para ellos irreconciliables, proponen su desarrollo separado, otorgándoles la posibilidad de una educación complementaria, donde aprendan sobre sus tradiciones, pero por separado.

El multiculturalismo propone la integración de las culturas, que cada una aprenda de la otra, para enriquecerse, y propone que el currículum debe integrar todas las visiones culturales de la sociedad que cobija. La cultura es un fenómeno cambiante, y la escuela como institución debe registrar las diferentes visiones del mundo y del modo de actuar en él, para transformarlo en un lugar digno de ser vivido.

En consecuencia, el aprendizaje global apunta a una manera de aprender y a una forma de pensar que permitan apreciar las situaciones locales en su relación con el contexto global, y que permitan armonizar el actuar local con los requerimientos globales.

Los peligros de una educación global recae en la pérdida de identidad de la cultura de cada sociedad, las costumbres deben de ser resguardas por sus pueblos como motivo de orgullo de su origen y no ser motivo de desprecio, como lamentablemente sucede no sólo en nuestro estado sino en el país.

 

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