Por su invaluable compromiso con la comunidad, sencillez, calidad humana y legado como profesora de primaria y promotora del fervor religioso, Guadalupe Medina Lara de Ricalde fue distinguida con el Premio Sol, presea con la cual la Asociación Nacional Pro Superación Personal, A.C. (Anspac), de Mérida, reconoció una vida de servicio al prójimo.
“Muchas gracias por este tan hermoso premio, en primer lugar quiero agradecer a Dios nuestro Señor por la vida que me ha dado, a mis padres que están en el cielo, a mi familia, a mi esposo, a mis nietos, a mis hermanas, a toda la comunidad de El Buen Pastor, a los centros pastorales y a mis amigas del alma que Dios me mandó”, comentó.
Durante su mensaje al recibir el Premio Sol, señaló que en la comunidad también hay mujeres que se merecen el reconocimiento por su entusiasmo y compromiso con el servicio social, “para mí lo principal es servir a Dios, estar con él, porque con él todo lo podemos”, añadió.
Al dar una reseña de vida, la oradora del evento comentó que Guadalupe Medina Lara de Ricalde, que cuenta con 75 años, se ha caracterizado por el servicio y la sencillez, y por su solidaridad con las personas que han disfrutado su gran entrega y generosidad.
La labor a favor de la comunidad de doña Lupita, como le llaman sus amigas, inició al graduarse como normalista, cuando decidió habilitar su casa como centro de enseñanza; en ese entonces, visitaba cada casa de su comunidad preguntando si habían niños de seis o siete siete años para iniciar la educación básica.
Su tesón hizo que las autoridades donaran un terreno para la construcción de una escuela y junto con el apoyo de los padres de familia se inició la construcción de la escuela “María Luisa Pérez Mijangos”, plantel que actualmente cuenta con 12 salones, salón de usos múltiples y cancha deportiva.
El trabajo y la solidaridad de Guadalupe Medina no se limitaron al ámbito educativo, donde transmitió sus conocimientos a diversas generaciones de niños, sino ha sido una tenaz colaboradora en el ámbito religioso.
Con su incansable labor, ayudó a conseguir el terreno para la construcción de una iglesia, que hoy es la parroquia El Buen Pastor, además de ser ministro de la sagrada comunión y promotora por muchos años del taller de oración y vida.
– José Villegas
