EL PRÓXIMO 12 DE AGOSTO se celebrará la XXII Asamblea Nacional del PRI. El cónclave del partido en el poder será en Campeche, en donde se espera que el gobernador anfitrión cobre importante relevancia. Sin embargo, lo que ahí se resolverá será mucho más interesante que la pasarela de personajes que se espera. El PRI, por decirlo en mortal, se juega su futuro. De las discusiones y acuerdos que se tomen se resolverá la manera en la que se elegirá el candidato a la presidencia en 2018. De esa decisión clave, todas las demás estarán directa o indirectamente relacionadas, incluso los nombres de quienes serán los protagonistas en Yucatán de las elecciones del próximo año. Hay dos marcadas, encontradas corrientes, una de ellas encabezada por la ex gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, quien, camaleónica, ha sabido leer la actualidad y adaptarse a ella. No hay que perder de vista tampoco los éxitos —o fracasos— del senador Emilio Gamboa Patrón en esa reunión doblemente amurallada.
MAREA AMARILLA, no roja. Ayer, diversos medios alertaron de la posible presencia de marea roja en playas yucatecas. «Pescadores avistaron un par de manchones de marea roja entre Dzilam y San Felipe, a 12 y 14 millas náuticas mar adentro», se publicó. Ante esto, las autoridades pertinentes desmintieron la versión, señalando que no hay indicios de este fenómeno.
EN LA EDICIÓN DE AYER publicamos que, según las autoridades municipales, durante la construcción de los 100 kilómetros de vialidades que ya está próxima a concluir no faltaron los ciudadanos que se vieron tentados a llevarse un «recuerdito» de las obras, y de esta manera desaparecieron no solamente los conos —hasta 25 al día— que se utilizaban para abanderar la zona de trabajo, sino hasta 80 de los llamados «trafitambos», que tienen un peso y volumen considerable. Este robo hormiga contrasta con la civilidad con la que los meridanos se han comportado con, por ejemplo, las macetas que adornan las luminarias de Paseo de Montejo. Ninguna ha sido sustraída, a pesar de lo bonitas que están, es decir, que tentación no ha de faltar. Esto habla del amor que se tiene a nuestra ciudad y a las plantas.
