SEGUNDA PLANA – PUNTO MEDIO

DE ACUERDO CON el director del Instituto de Seguridad Jurídica Patrimonial de Yucatán, Rubén Segura Pérez, los terrenos costeros de Celestún por los cuales fue agredido el alcalde Leonel Rosado Mena aún siguen en posesión del ayuntamiento que encabeza éste. Tal declaración resulta por lo menos un tanto confusa si se recuerda que pocas horas después del zafarrancho nocturno que se registró en el puerto hubo un comunicado oficial que afirmaba que se habían dado instrucciones para que los terrenos motivo del casi levantamiento popular volvieran al dominio de la autoridad municipal. A pesar de esas explicaciones aún quedan dudas porque, como publicó hace unas semanas este periódico, ex funcionarios relacionados con ese tipo de operaciones afirmaron que Celestún nunca fue dotado de fundo legal, de manera que las argumentaciones en el sentido de que el alcalde podía disponer de áreas costeras “porque eran del fundo legal”, carecen de sustento. Celestún nunca ha tenido fundo legal, subrayó la fuente. Si esto es falso, estamos más que dispuestos a rectificar.

TAMBIÉN MERECE comentario la declaración que al mismo reportero de este periódico hizo el consejero jurídico estatal, Carlos Pavón Flores, quien sobre el caso de las tierras costeras indicó que los dimes y diretes entre los pobladores y la autoridad municipal celestunense “son procesos que tienen un orden judicial y corresponden a la protección de los derechos de quienes forman parte de esa problemática, en caso de que existiera. En caso de que no haya algo legal, los que son parte del proceso son los actuales dueños”. Además aseguró que “nadie nos ha solicitado de manera directa sobre ese tema algún tipo de asesoría ni nos han pedido nada, quizá en el Insejupy sí han pedido información, pero solamente eso”. Esas declaraciones  del abogado Pavón Flores van en contra de las versiones que han surgido en el sentido de que similares problemas con terrenos costeros registrados en Dzilam de Bravo serían resueltos mediante la devolución de lotes a personas que se han declarado despojadas mediante malas maniobras.

DEBERÍA PREOCUPAR tanto a políticos como a ciudadanos de a pie la situación que empieza a vivirse ya en la directiva estatal del PAN, que según ciertas versiones, tachadas por algunos de “inventos”, se vio envuelta en un conato de enfrentamiento el pasado viernes cuando celebró una reunión en busca de diversos acuerdos relativos al manejo de los recursos que realizan los comités estatal y municipales. Si las rispideces fueron invento de los detractores de ese partido o no, es algo que habría que corroborar, pero lo cierto es que al día siguiente la directiva panista dio a conocer un comunicado de apenas tres párrafos, en uno de los cuales se asienta que el presidente estatal panista, Raúl Paz Alonzo, “invitó a los consejeros a seguir trabajando para construir las bases del triunfo del PAN a nivel nacional y local, y a que no se pierda la visión y se sobreponga el interés del partido por encima de los personales”. Como quiera que sea, al sistema democrático en el estado no le conviene un PAN debilitado, básicamente porque ese partido juega un papel clave como contrapeso del otro partido fuerte, es decir, el PRI. Ojalá que las disputas internas panistas no desequilibren el proceso electoral de 2018.

SIGNO DE QUE SE acercan tiempos electorales difíciles fue el enfrentamiento que por poco llega a las manos entre priistas y panistas del Congreso del Estado, debido a que, como le informamos en nuestra edición de ayer domingo, la bancada blanquiazul se negó a participar en una reunión en comisiones porque no le avisaron con por lo menos 24 horas de anticipación, como marca el reglamento. El punto clave de las diferencias entre ambos partidos son las iniciativas de ley para reglamentar la reelección de regidores y diputados locales, que por primera vez se va a plantear en los comicios que se realizarán el 1 de julio de 2018. La verdad es que amplios sectores de ciudadanos están hartos de que los diputados den preferencia a sus intereses particulares o grupales, en vez de velar siempre por el beneficio de la ciudadanía. Años y elecciones pasan pero las actitudes rupestres de ciertos políticos ahí siguen, para mala fortuna y perjuicio de los electores.

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