Síndrome del niño emperador se propaga, afirma psiquiatra de IMSS

El maltrato de hijos menores a padres se ha propagado con fuerza en la sociedad, se le denomina “síndrome del niño emperador” y se caracteriza por comportamiento agresivo verbal o físico, y conductas desafiantes de ira por parte de los niños hacia los padres o hacia su cuidador principal.

Luis Sergio Ponce Guadarrama, médico especialista en psiquiatría adscrito al Hospital General Regional 220 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Delegación Estado de México Poniente, explicó que este síndrome puede identificarse a través de la violación de normas y limites familiares.

Dicha actitud infantil se basa en las mentiras acompañadas de un alto nivel de egocentrismo, falta de tolerancia a la frustración, baja autoestima y nula empatía de los niños; se presenta más comúnmente en menores de ocho a 17 años de edad, y un tercio de esta problemática se observa en las niñas, señaló.

El especialista consideró que el padecimiento ha aumentado en la consulta de psiquiatría y va en incremento por la falta de reglas claras, límites y disciplina, así como el poco o nulo acuerdo entre el padre y la madre quienes no coinciden en opinión respecto a un problema.

En un comunicado, señaló que actualmente el síndrome del niño emperador gana terreno, ya que el 80 por ciento de las madres son las víctimas principales de un maltrato que merma los cimientos de la familia, dijo.

Indicó que se observa más en los últimos años debido al hiperproteccionismo hacia los hijos que nulifica la autoridad, los limites, la disciplina o las reglas por parte de los padres, los abuelos o los tíos. “Provocando una educación laxa, excesivamente permisiva en la que el niño o niña siempre impone su voluntad”.

Para enfrentar el problema, recomendó establecer reglas claras y que ningún miembro de la familia las quebrante, ser firmes respecto de lo que el padre y la madre decidan de manera conjunta, evitar imponer un castigo que no se cumpla.

Asimismo, establecer responsabilidades de acuerdo con su edad, evitar apartarlos o sobreprotegerlos, recordar las obligaciones en la familia y en la escuela así como cuidar el autoestima, si no logran realizar una actividad adecuadamente enseñarles cómo hacerlo mejor, y a los padres estar atentos a las emociones de sus hijos y en caso de observar conductas agresivas o autoritarias solicitar orientación psicológica.

Muchos padres se preguntan que han hecho mal, que ha ocurrido, que ha fallado… Los expertos señalan innumerables causas genéticas, familiares y ambientales que ayuden al desarrollo de este síndrome.

Algunos expertos consideran que ha habido un abandono de las funciones familiares, sobreprotección, hábitos familiares determinados por la escasez de tiempo, ausencia de autoridad, permisividad y, sobre todo, falta de elementos afectivos, como la calidez en la relación con los hijos.

Sin embargo, para otros expertos, aspectos familiares o sociales, como la permisividad o la ausencia de autoridad, no son suficientes para explicar este fenómeno.

Se tiende a culpar a los padres de este tipo de conductas por ser demasiado permisivos y protectores con sus hijos; aunque, también, influye el ambiente porque hoy los niños viven en una sociedad consumista, individualista y que prima el éxito fácil y rápido por encima de todo.

Además, puede existir una predisposición genética de carácter que explicaría por qué dentro de la misma familia, y en las mismas condiciones, sólo se ve afectado un miembro.

Sumado a lo anterior, si se agrava la situación, la única forma de eliminar estas conductas es con tratamiento especializado, tanto del niño como de la familia.

Agencias

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.