Taquería Tintinkí, amor a la cocina y al sabor de salbutes, tortas y tacos

Nubia López trabaja todos los días para ofrecer a sus clientes los mejores salbutes, tortas, tacos, de relleno negro, orejillas, y camarones, entre otros guisos, por lo que ya tiene su reconocimiento

Tintinkí, que en lengua maya significa “muy bueno”, es el nombre de una taquería ubicada en la avenida Fidel Velázquez, a unos metros del puente del periférico de la 59 oriente, y su propietaria Nubia López Cetina, platicó sobre la batalla que a diario emprende acompañada de sus cuatro hermanas y tres colaboradoras, para conservar, a través de los años, el sabor de sus salbutes, tortas y tacos, en este caso con tortillas hechas a mano, de relleno negro, orejitas, pezuñas, y de camarones empanizados o al ajillo, y que se ganan a pulso un lugar en el gusto de los comensales, entre los que se cuenta hasta un rejoneador, al que ya en dos ocasiones envían a España las orejitas fritas.

“Nos felicitó por el sabor de nuestra comida el luchador Cibernético, que nos visitó en una ocasión después de presentarse en Mérida, y para mí, ese es un halago que me compromete a no bajar la calidad, aunque todos los insumos hoy estén más caros”, dijo Nubia, quien comentó que los sábados y domingos, el platillo estrella en Tintinkí es el mondongo, cuya receta es la misma que le enseñó Mary, quien fue cocinera de la Hacienda Teya, donde guiso para la Reina Isabel II de Inglaterra y Luis Miguel.

“Uno de nuestros clientes frecuentes que viene a comer mondongo solo con nosotros, según su esposa, es Mauricio Loría Herrera, dueño del restaurante Wayané”, comentó Nubia, mientras sus hermanas Anamin y Daniela preparan un plato con salbutes surtidos y acompañados de kibi relleno de camarones, también hay polcanes.

“Primero abrimos un local a media esquina y después que nos  acreditamos nos lo pidió el  dueño, luego nos pasamos a este lugar, y fue muy difícil comenzar de nuevo, me acompañaba Marta Góngora, quien se mantiene en la cocina y dos meseros, uno de los cuales renunció, porque no ganaba igual que antes, pero poco a poco nuestros clientes nos ubicaron y regresaron, y hoy somos diez las personas que dependemos de Titinkí”, dice Nubia, quien lucha a brazo partido para mantener a flote su negocio, donde laboran en su mayoría mujeres.

Para Nubia es un orgullo tener 6 años de existencia.

En Tintinkí trabajan como meseros algunos sobrinos, quienes siguen estudiando en la universidad, y que juntan su dinero para pagar su inscripción, trabajan con ella los fines de semana.

Entre esta camada de jóvenes se destaca Nadila, sobrina de Nubia, quien quiere estudiar gastronomía, mientras que su hijo, Moisés, ingresó al Instituto Tecnológico de Conkal y quien trabaja y estudia.

“Siempre he contado con el apoyo de mi familia no solo cuidando a mi hijo, mi mamá, Virginia Cetina, ha sido un gran respaldo para ayudar económicamente, para prestarme dinero, para pagar al personal, cuando no me alcanzaba, que hace mucho tiempo que no pasa,  gracias a Dios y mi papá venía a hacer tortillas a mano y nos hacía observaciones respecto al sabor y color que debe tener por ejemplo el x’nipec”, reconoció Nubia, quien lo mismo cocina, atiende las mesas o lava los platos, si es necesario.

“Tenemos muchas vivencias muy agradables con la clientela, entre los que están artistas como X’Polita y la Bruja Cuchi Cuchi, pero creo que lo más satisfactorio es que se vayan contentos y que nos digan qué les gustó lo que comieron”, dijo Nubia, quien destaca el sabor de la salsa con receta secreta, que piden para llevar.

El horario de trabajo es de lunes a domingo, de 7 a 14 horas, y todo ese tiempo hay tortillas hechas a mano, que es el sello que caracteriza a Titinkí.

Texto y fotos: Manuel Pool