TIEMPO DE ESCRIBIR / BASURERO

A juzgar por las conductas desesperadas que han adoptado desde el Palacio Nacional, más las medidas que comienzan a tomar los legisladores al servicio del presidente, aunado a la grave radicalización de sus posturas y acciones de gobierno, está más que claro que todos esos malos mexicanos ya saben que van a perder las elecciones.

Y esto se infiere, se comprueba y hasta se confirma no solo por el tipo de cambios insólitos que el peje impone, sino porque sería absurdo que los ciudadanos que habitan en 23 estados del país —sumidos en la violencia y la escasez presupuestal por orden presidencial— eligieran querer sufrir durante otros seis años ese mal con la continuidad que les promete una candidata.

A menos que quieran suicidarse y repetir la mala decisión de votar por los guindas que todo destruyen, no hay razón que haga pensar que los mexicanos que padecen hoy malos gobiernos morenistas, quieran repetir la dosis. Ni que estuvieran locos. Es decir serían muy irresponsables de elegir que los gobierne otra vez el partido que los tiene sumidos en la desgracia, al desajenarse de la seguridad que reclaman sus habitantes.

Sería absurdo que quisieran que siga el mal trato en los hospitales; que no haya medicinas y que los programas institucionales que por años funcionaron, sigan abandonados. Y sería inconcebible que eligieran la inseguridad y la muerte como alternativa para su estado o ciudad.

No todo es regalar dinero, también hay que ver que funcione todo lo que antes funcionaba y que fue “desaparecido” del gasto público para concentrar todo el dinero en manos de una sola persona que suponemos lo usa para regalarlo.

Queda claro que el presidente es el primero en estar convencido de que por su mal gobierno, la candidata que el escogió perderá las elecciones y por eso se prepara para destruir antes todo lo que pueda, como por ejemplo el sistema de ahorro para el retiro.

Quiere robarse el último centavo que queda fuera de su control, para poder comprar las elecciones en estos meses que le quedan. Se aprovecha que la gente más ignorante que es la que lo sigue no tiene la menor idea de lo que es capaz.

(Aclaremos que son ignorantes porque siguen ignorando que el presidente les está viendo la cara. Es decir no lo saben. Por eso el término). Tenerle fe ciega al presidente no es un asunto cultural, porque hay gente muy académica e intelectual que lo siguen sin dudar de su alta peligrosidad como político. Tengo 3 primos totalmente ciegos que si fueron a la escuela, pero de nada les sirvió porque según me dicen es inútil explicarles nada, se tragan todo lo que hace y dice el peje, y con eso contribuyen al daño que viene.

Confiar en un hombre como López Obrador es el peor error que miles cometieron y así lo confirman los que hoy se pasaron a las filas de los que desencantados o mejor dicho, los antes engañados. Eso ya lo sabe mucha gente y por eso se presagia ya la derrota de la señora a la que se le cayó la línea 12 del metro, entre otras tragedias que se le reconocen.

El xix.— De mal en peor van estos pobres mugrenistas. Cada in- corporación de los peores personajes de la política local que reciben en sus filas, termina por convencer a los ya desilusionados fundadores que ven caer muy bajo a su “nuevo partido”, hoy sucursal de la recolección de cascajo y del reciclaje.

Políticos mal vistos, ratas de abolengo, sinvergüenzas transexenales y oportunistas sin futuro, sumados a las y los estrategas y estrategos de la difamación y la calumnia —expertos en coleccionar galardones y medallas por sus derrotas— siguen empujando el camión de la basura que ya no camina de tanto desecho que lleva encima.

Armando Escalante

Periodista y analista político

Sobreviviente del periodismo desde hace 3 décadas, hoy hace radio y TeVe para redes sociales.