El tomate es uno de los productos alimenticios más populares. Casi todo el mundo los tiene en casa y su consumo es muy frecuente. La responsable de nutrición y salud de Nestlé, Anabel Aragón, explica todo lo que se necesita saber sobre esta hortaliza.
La tomatera es originaria del continente americano, al parecer de Perú y Ecuador y luego se extendió a Centroamérica. Su introducción en Europa se hizo en el siglo XVI y se cree que al principio fue utilizada como planta ornamental, incluso hay escritos que la describen como posible planta venenosa de aquella época. Se sabe que a mediados del siglo XVIII ya se empezaba a cultivar con fines alimenticios.
Botánicamente hablando, el tomate es una fruta, es el fruto de la planta herbácea del fruto de las solanáceas.
Desde el punto de vista alimentario, el tomate es una hortaliza ya que no lo consumimos como postre sino en crudo, en ensaladas o cocinado en muchos platos. De ahí viene la confusión, porque lo utilizamos como condimento en platos principales, o plato propio, por eso lo consideramos una hortaliza más.
Es una hortaliza baja en calorías, beneficiosa para la salud; aporta nutrientes esenciales para el organismo como la fibra y la vitamina C, que sabemos contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario y nervioso.
Reduce el cansancio y la fatiga, y protege a las células del daño oxidativo debido a su capacidad antioxidante. También es esencial en la formación del colágeno, de los huesos, cartílagos, dientes, encías, piel y vasos sanguíneos.
Además, favorece la absorción del hierro, por eso siempre recomendemos tomar frutas y verduras crudas -recuerda Anabel Aragón-que son la fuente exclusiva de la vitamina C, después de un plato de legumbres, para que el hierro de estas se absorba mucho mejor.
La fibra juega un papel relevante en el movimiento intestinal, la regulación de los niveles de grasa en sangre y el asentamiento y la selección de nuestra flora intestinal.
A la hora de comprarlos es importante fijarse en que su piel sea brillante y tersa; y que la pulpa sea firme. Dependiendo de la variedad, hay que coger colores distintos.
Investigadores de la Escuela de Pintones casi verdes para alargar su tiempo de consumo si son tomates de corta vida, que se comercializan en verano y son de textura más blanda. Estos son buenos para ensaladas.
Rojos si son para gazpachos o salsas. Los de larga vida, generalmente son los que compramos en invierno, es importante cogerlos rojos intensos y pulpa firme porque su sabor será mejor.
– Agencias