Turistas se quejan de la falta de baños y regaderas

La mayoría de los turistas se quejan de la falta de baños y regaderas en las playas, porque los restauranteros y clubes de playa les cobran 100 pesos para que tengan derecho a usar sus sanitarios, argumentándoles que también tienen permiso de recostarse en un camastro.

Pese que reconocen la belleza de las playas de Progreso, insisten en que en algunos puntos, hay olores fétidos de drenaje, por lo que piden atención por parte de las autoridades en dichos temas.

Para el matrimonio conformado por el argentino Juan Luis Portilla y la mexicana Miriam González, proveniente de Guadalajara, Jalisco, las playas de este destino turístico no se ven tan limpias porque es temporada de “nortes” y los policías turísticos están muy atentos para que los turistas mantengan el orden y no cometan imprudencias que los pongan en riesgo.

Sin embargo, mencionan que una de las incomodidades es que no hay baños públicos y solamente hay unas regaderas en los hoteles lo cual es una molestia para todos los que salen de las saladas aguas del mar Caribe y pretenden darse una ducha pues las instaladas en el malecón, nuevamente están inservibles.

Mientras que las personas que no consumen en algún restaurante o club de playa si tienen necesidades fisiológicas se ven obligados a entrar al mar para realizarlas.

Por otra parte, coinciden en que es necesario que las autoridades coloquen baños públicos y regaderas, pues no hay ni uno.

Añadió que los comercios de la orilla de playa cobran hasta 100 pesos para tener derecho a usar los sanitarios, aunque con ese monto se tiene derecho a un camastro, consideró injusto que los empresarios lucren de esa manera con las necesidades fisiológicas.

“También nos quejamos que cuando llegamos los camastros estaban separados para los cruceristas, sabemos de esta situación y la comprendemos, pero no se toman la molestia de poner un letrerito cuando menos para que los visitantes sepan cuales no pueden utilizar”, apuntaron.

“Yo soy mexicana y es increíble que en mi propio país pase este tipo de situaciones”, dijo molesta la mexicana Miriam González.

Proveniente de la Ciudad de México, el matrimonio coincide que Progreso a pesar de sus carencias y anomalías es un paraíso que no se compara ni con Cancún o Cozumel, pues los arenales y color de las aguas es único, además de que su gente es muy cordial y los prestadores de servicio muy amables en general, pero no todos.

“Los gerentes y encargados del restaurante de los camastros que queríamos utilizar se portaron muy corteses, pero no así los meseros que mostraron su falta de educación diciéndonos que nos retiráramos de una forma muy poco cortés”, recordaron.

Por otra parte, coincidieron en que faltan regaderas y baños pues no hay en ninguna playa pública.

Mencionaron que los negocios de artesanías y recuerdos, de un día para otro suben los costos de su mercancía. “Un día fuimos a comprar algunos recuerdos y vamos al otro día y ya subieron, no sé si porque no había gente y ahora que hay los elevaron”, concluyeron.

José Luis Chavarría.

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