Universidad Nacional Autónoma de México, la más bonita

La revista británica “Times Higher Education” le da reconocimiento por su belleza arquitectónica y por la riqueza cultural que predomina en sus edificaciones

Reconocida como la universidad más hermosa de América Latina, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) posee una belleza especial que para unos expertos emula la disposición espacial de tiempos prehispánicos, mientras que otros sostienen que es fruto de la casualidad.

Estas dos corrientes defienden con vehemencia sus ideas y mientras unos insisten en que la riqueza arquitectónica del campus se planeó pensando en lugares ancestrales como las pirámides de Teotihuacan o Monte Albán, los otros argumentan que no existe tal herencia prehispánica.

Según explicó a Efe la jefa de la unidad de difusión y promoción del campus central de la UNAM, Adriana González, la primera corriente entiende que el imponente espacio abierto y natural de la universidad remite a culturas prehispánicas.

“Para las culturas prehispánicas los sitios abiertos eran tanto o más importantes que los cerrados. Por ejemplo, en Teotihuacan o Monte Albán hay grandes plazas; allí se daban las ceremonias o se hacía el mercado”, afirma.

Precisamente, la zona original del campus, que fue construido sobre suelo volcánico, presenta también tres grandes plazas, “la explanada, las islas y el área de ciencias biológicas”.

“Hay arquitectos que me han dicho que una de las plazas mide lo mismo que una de las plazas de Monte Albán”, asegura la especialista.

Otra reminiscencia prehispánica, según esta corriente, sería la ubicación de la torre de rectoría, que proyecta una sombra sobre las escalinatas y el césped.

Pese a no ser el edificio más alto, está estratégicamente posicionado en el campus; es un lugar desde el que se puede gobernar, desde el que se ve todo, como antaño hiciesen los antiguos vigías mexicas.

Pero más allá de este romanticismo, otros expertos, argumentan que es mera casualidad, ya que “cuando se hace la Ciudad Universitaria, los avances arqueológicos no eran tantos para asegurar que, efectivamente, se planeó como tal sitio”.

Al margen de la historia y los significados de la arquitectura, a día de hoy las plazas están llenas de vida. Los estudiantes van a relajarse, a leer, a besarse, a fumar, a patinar, y algunos, incluso, a practicar capoeira al ritmo de canciones brasileras.

La fundación de lo que hoy es la UNAM se remonta a 1539 cuando se instituye mediante una cédula real con el nombre de Real y Pontificia Universidad de México, aunque no comenzaron a impartirse clases hasta 1553.

La otra universidad más antigua de América es la de San Marcos de Lima, que fue fundada en 1551.

La casa de estudios de la UNAM fue reconocida por la revista británica “Times Higher Education” como la más bonita de América Latina por su belleza arquitectónica y por la riqueza cultural que predomina en sus edificaciones.

Según González, la arquitectura de la casa de estudios “es funcionalista, una obra de los años 50 que se fusiona con el muralismo”.

“Se crea este movimiento en México que se llama integración plástica en la que los arquitectos y los artistas trabajaban juntos desde un inicio para que las obras de arte no fueran algo agregado, sino parte fundamental de los edificios”, explica.

El edificio más representativo de este movimiento es la magna biblioteca central, el edificio más fotografiado de México, con un mural de motivos prehispánicos pintado con rocas naturales de colores que abarca toda la pared y que también reconoce a personalidades ilustres como Ptolomeo o Copérnico.

Siendo o no conscientes del valor cultural que les rodea, los estudiantes se marchan a sus respectivas facultades empequeñecidos por un espacio emblemático para México, donde el arte, la arquitectura y el peso de la historia son parte de las personas que lo habitan.

Texto: EFE
Fotos: Agencias

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