Ventana legal dejaría libre a muchos presos

Decenas o quizás cientos de reclusos que están bajo procedimientos penales y que aún no reciben condena podrían salir libres mediante un proceso relativamente sencillo que consiste en la revisión de sus medidas cautelares, aprovechando los cambios que se hicieron a las leyes penales apenas el 5 de junio de este año, afirmó el abogado penalista Gabriel Antonio Abdalá Berzunza.

En amplia, amable entrevista que concedió en sus oficinas de Prolongación de Paseo de Montejo, el reconocido asesor legal explicó cómo se ha abierto la puerta de algunas cárceles para que, en los hechos, algunas personas ya hayan logrado su libertad aprovechando esas reformas, como es el caso de tres integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que fueron aprehendidos en Oaxaca por ciertos delitos pero ya salieron libres mediante la revisión de sus medidas cautelares, y ahora afrontan sus juicios en libertad.

En la entrevista el abogado se refirió también al sonado caso del asesinato del psiquiatra Felipe Triay Peniche, opinó sobre el complicado proceso para implantar con éxito el nuevo sistema de juicios orales –habrá que tener paciencia para lograr que se aplique debidamente, indicó–, y también se refirió a las nuevas generaciones de abogados, muchos de los cuales “sólo buscan el dinero”, olvidando que la abogacía, como muchas actividades humanas, necesita una buena dosis de idealismo. “Si no tienes idealismo no sirves como abogado, y ni siquiera como ser humano”, aseveró.

Puerta a la libertad

–El nuevo sistema penal acusatorio se implementó basado en el Código Nacional de Procedimientos Penales, pero el código ha sufrido algunas modificaciones, la más importante de las cuales se dio conocer el 17 de junio de este año –detalló Abdalá Berzunza–. El artículo quinto transitorio de la miscelánea penal que se publicó en esa fecha habla de la posibilidad de que obtengan su libertad todas las personas que hayan sido detenidas por delitos que no sean homicidio doloso, violación, secuestro, trata de personas, delitos por medios violentos como armas y explosivos, delitos graves contra la seguridad de la nación, corrupción de menores y narcotráfico, que están enumerados en el Artículo 19 de la Constitución.

Antes se trataba de “libertad bajo fianza”, ahora son “medidas cautelares” que impone el juzgado para asegurar que el imputado no se sustraiga de la acción de la justicia o entorpezca la causa penal.

–Antes cuando se dictaba el auto de formal prisión la pregunta obligada era sí tenía derecho a libertad bajo fianza. Gente que no tenía recursos se iba a la cárcel por falta de dinero. Ahora, aunque sea un delito grave actualmente, como robo a casa habitación, si el delito no fue violento el imputado tiene derecho a pedir la revisión de sus medidas cautelares, y si sus alegatos son aprobados, puede salir libre.

El entrevistado comentó que en la actualidad hay mucha gente encarcelada todavía porque no puede pagar su fianza. “Pero el 17 de junio se modificó eso. El 18 de junio es cuando entró en vigor en todo el país el nuevo sistema penal acusatorio. Y el nuevo sistema determina que no se te dicte prisión preventiva si no es por determinados delitos específicos”.

Por cierto, la entrevista con Abdalá Berzunza se efectuó el pasado lunes 29 de agosto, y al día siguiente el periódico capitalino Excélsior publicó una nota en la que –a manera de confirmación de lo que afirmó el abogado yucateco–  informa que la procuradora general de la República, Arely Gómez, y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, informaron que el presidente Enrique Peña Nieto presentará al Senado iniciativas en materia de justicia y seguridad, entre ellas para evitar la liberación indiscriminada de reos que aprovechan el citado Artículo Quinto Transitorio del Código Penal.

Inexplicable inacción

El abogado proporcionó al reportero copia del expediente de un profesor integrante de la CNTE que fue detenido en Oaxaca y que logró su libertad gracias al citado mecanismo de revisión de medidas cautelares. Fue uno de los tres maestros disidentes que aprovechó esa ventana legal, y que salió libre, según han dado cuenta los medios de comunicación nacionales.

–Lo que a mí se me hace muy extraño –precisó– es que aquí en Yucatán no se haya solicitado ese recurso a favor de personas que están encarceladas por delitos como robarse un pavo, o no pagar pensión alimentaria.

–¿No saben los abogados que se puede hacer eso?

–No lo sé. La posibilidad está desde hace dos meses en el Artículo Quinto Transitorio y no he visto que haya esas solicitudes.

Falta de capacitación

Más adelante en la entrevista el abogado coincidió en que, a dos años de que empezó el proceso para la implantación definitiva del nuevo sistema de justicia oral, ha faltado capacitación para todos los actores de este proceso, incluyendo los abogados. “No tenemos todos el conocimiento del nuevo sistema penal”, expresó.

Se refirió a las denuncias extemporáneas por delitos patrimoniales, como fraude, robo, abuso de confianza, y precisó que en este tipo de casos el presunto agraviado cuenta con un año para presentar su queja. “Después de eso ya no se puede ejercer la acción penal, y ni siquiera abrir una carpeta de investigación. Esta condición no es nueva, siempre ha existido”.

–¿En qué es bueno y en qué es malo es el nuevo sistema de juicios orales? –se le preguntó.

–Siempre se ha privilegiado la presunción de inocencia, siempre ha sido, pero antes estabas detenido hasta que salía la sentencia. Ahora se ha avanzado. El nuevo sistema es bueno, es mejor que el anterior.

–¿Pero cuáles son sus “asegunes”?

–Uno es la corrupción que hay en la autoridad investigadora, la lentitud que hay para proceder a integrar las carpetas de investigación. Por ejemplo, hay casos de fraudes en los que el agraviado tiene que esperar hasta tres años para que se ejercite la acción penal. Entonces el ofendido se siente desprotegido, primero por el tiempo, mientras el agresor sigue libre, e incluso a veces se burla de su acusador, y éste no tiene la reparación del daño.

–Creo que el sistema mejorará con el tiempo, con la preparación de los jueces, muchos de los cuales actualmente ya están impactantemente bien preparados. El ministerio público todavía no está bien capacitado, y puede ser que se sienta rebasado por la cantidad de delitos ante el poco personal que tiene.

El penalista se refirió incluso a la separación de poderes que debe existir en todos los estados y a nivel nacional, y apuntó que “el Poder Judicial es el que va a aplicar la ley y no puede estar contaminado por el Poder Ejecutivo, que es el que maneja la averiguación previa”.

Coincidió en que la aplicación plena de la justicia todavía es un asunto pendiente, que no se ha logrado a plenitud, e incluso comentó que en esa esfera “se burlan de la gente que no tiene dinero y solicita justicia ante el ministerio público”.

Lo que sigue en sonado caso

El entrevistado también habló del sonado caso del asesinato del psiquiatra Triay Peniche, en el que acaba de darse a conocer una sentencia mediante la cual se condenó a uno de los acusados y se dejó libre al otro, por lo cual es previsible, dijo Abdalá, que este segundo implicado solicite una reparación del daño por los dos años que pasó en prisión.

Subrayó que el juicio ya acabo, así que no pueden aportarse más pruebas. “Considero que lo que van a hacer es argumentar que el ministerio público no hizo una correcta interpretación de las pruebas aportadas. Es lo único que se puede hacer. Y el otro lado va a decir también que las pruebas se apreciaron mal y por eso condenaron al otro acusado”.

–La diferencia es que uno de los involucrados tenía la sangre de las víctima, y el otro no. Entraron a su casa y encontraron todas las evidencias para inculparlo.

El abogado explicó también que, contra lo que antes se usaba, ahora el inculpado puede incluso declarar que es culpable, que es el asesino en ese caso, y esa declaración no tiene valor “por el principio de no incriminación”.

La presión social

En torno al mismo sonado homicidio se refirió a la fuerza del “control social”, es decir, la presión de la sociedad que parece influir en algunos casos en la decisión de los jueces, o en la forma en que se atienden los juicios.

A manera de ejemplo citó el caso en que una joven conductora atropelló a un motociclista sobre el puente de la salida a Progreso. Aunque no hubo dolo, es decir no fue su intención quitarle la vida el motociclista, y tampoco huyó sino que fue apresada en un centro comercial cercano, no se le concedió seguir su proceso en libertad, precisamente, en opinión del entrevistado, por el “control social, por la presión social. Aunque sí tenía derecho, el juez no le concedió ese beneficio”.

–Hay que reconocer –añadió– que la víctima o el ofendido se siente más tranquilo cuando la persona que cometió el homicidio de su familiar está en la cárcel. La presión social sigue pesando, siempre va a ser así, aquí y en cualquier parte del mundo.

Comentó también que tanto en el sistema antiguo como en el actual los acuerdos reparatorios permiten lograr arreglos entre las partes y evitar prolongados y costosos procesos judiciales. “Se repara el daño, y generalmente todo se traduce en dinero”.

–El sistema que ya está funcionando no es malo, lo que hace falta es pulirlo. Falta más conocimiento y capacitación de mis colegas –recalcó.

Esperanza de mejoría

–¿Hay la esperanza de que los nuevos funcionarios jóvenes, que ingresen al nuevo sistema, cambien al fin las cosas?

–Espero que sí. Espero que esos nuevos abogados cambien las cosas.

–En el mundo de los abogados parecería que se olvidan cada vez más los ideales, y se abren paso el cinismo y el pragmatismo –apuntó el reportero.

–Sí, parecería que estamos yendo para atrás. Yo era muy idealista, y aún creo que para tener determinado grado de éxito tienes que ser idealista, idealizar tu profesión, y eso a veces hace que tengas que pelearte con todo el sistema, como me pasó cuando defendí a Wafé (Wafé Kuri Torre, quien actualmente cumple condena por el homicidio de su esposa, Rosa María Arceo Ochoa).

–El idealismo tiene que persistir, aunque vemos ahora muchachos que lo que quieren es dinero. Si no tienes idealismo no sirves como abogado, y ni siquiera como ser humano.

Por último, Abdalá Berzunza exhortó a tener paciencia para esperar el “cambio de paradigma” que requiere el nuevo sistema de juicios orales, no solamente en las leyes y los procesos, sino sobre todo en la mentalidad de los que están involucrados en la impartición de justicia.– Gínder Peraza Kumán.

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