De Los Ángeles a San José. Oculus cambia de rumbo. La mayor empresa de realidad virtual, comprada por Facebook hace dos años por 3.000 millones de dólares, ha mostrado sus novedades con Mark Zuckerberg como maestro de ceremonias.
El pasado año desplegaron todo su músculo en el Dolby Theatre, el mismo lugar dónde se entregan los premios Oscar. Esta vez optaron por el centro de congresos de San José, la antigua capital de Silicon Valley, un lugar poblado por ingenieros cuya vida social termina a las seis de la tarde. Oculus modifica su mensaje, ya no solo es entretenimiento y narrativa, sino que quiere apostar por la telepresencia. Todo fue más técnico y en pro de la humanidad. Al fin y al cabo, su misión es conectar a cada ser humano.
Zuckerberg marcó las líneas maestras: “Estamos aquí para hacer de la realidad virtual la próxima plataforma de ingeniería. Pensamos que cualquier sistema se puede mejorar. Sea lo que sea, todo es mejorable: software, hardware, un sistema, una empresa… Hay que pensar así. Queremos que sea como la presencia real”.
Mostró un casco renovado, más completo y cerrado. Algo a medio camino entre la versión que se ha popularizado de la mano de Samsung y la más elevada, Rift, que requiere ordenadores de más de 1.000 dólares y un casco pesado y sofisticado. La nueva generación, que se pudo probar en el evento pero no tiene fecha de salida al mercado, incluye auriculares, es más ligero, con un acabado más profesional y, lo más importante, sin cables.
“Cuando compramos Oculus ya pensábamos que sería algo grande, pero todavía no había nada en el mercado, nada pensado para el consumidor. Dos años después hay más de un millón de personas usando este tipo de aparatos. Cada vez hay más inversión: Samsung, Google, HTC y más firmas están también en ello.
“Cada vez que un presidente y mandatario viene a esta zona, los llevo a Facebook y les enseño esto. Sé que no tienen mucho tiempo, tienen que liderar países, claro”, dijo con tono de broma, “pero luego no quieren irse. Algunos casi pierden el avión”.
El fundador de Facebook explicó que esta fórmula pone por delante a las personas. “El cerebro humano siempre da prioridad a otros humanos, es a lo que se presta atención de manera natural”, argumentó.
A continuación comenzó la demostración. Se puso el casco inmersivo y mantuvo una conversación con sus compañeros de oficina en Menlo Park. Después, se fue, virtualmente, a casa, para hablar con su mujer y comprobar que la niña Max y su archiconocido perro Beast estaban tranquilos en casa. Lo que haría cualquiera…
Hasta ahora el compromiso ha sido de 250 millones para financiar este contenido. “Estamos orgullosos y vamos a poner 250 millones más en esta comunidad”, anunció. El giro en esta ocasión está en que ya no solo se piensa en entretenimiento. En esta nueva fase se pondrá el foco en educación. Habrá un fondo adicional de 10 millones de dólares más para la enseñanza.
Brendan Iribe, cofundador de la empresa, explicó las novedades de una conferencia plagada de talleres. No está enfocada al mercado de consumo, sino a los creadores y desarrolladores que apuestan por la plataforma. “El ecosistema está despegando gracias a vosotros”, les dijo. Nate Mitchell, líder de desarrollo, explicó una de sus líneas de futuro, la web. Carmel será el navegador para rastrear Internet en realidad virtual. La parte social también se va a potenciar, especialmente con avatares. Sí, aquella palabra que se hizo famosa en la primera ola de Second Life. “Es un sistema que da presencia social flexible”.
Rooms será una aplicación para que los amigos o compañeros de trabajo vean la misma película juntos, jueguen al mismo videojuego o escuchen música. En cada habitación podrán encontrarse hasta ocho personas. Los 2.500 asistentes no pudieron aguantar la carcajada cuando se habló de “puesto de trabajo remoto virtual”.
En el capítulo de hardware, se dedicó tiempo a demostrar por qué es necesario usar mandos adicionales para moverse dentro de esta realidad. Los controles manuales prometen ser intuitivos y certeros a la hora de posicionarnos en el metaverso. El mundo recreado en Matrix parece más cercano, estará a 99 dólares de distancia a partir del 10 de octubre.
A pesar del giro y la filosofía más seria y productiva detrás de los cambios en Oculus, se presentaron videojuegos de excelente facturación para mantener viva a la comunidad que primero apostó por ellos. Se celebró la llegada de Lone Echo.
No hubo rastro del otro fundador de la empresa, Palmer Luckey, protagonista de una enconada polémica la pasada semana al conocerse que no solo estaba apoyando financieramente a Donald Trump, poco querida en Silicon Valley, sino que invitó a que otros siguieran sus pasos. Junto a Peter Thiel, miembro del consejo de Facebook, es uno de los escasos personajes reconocidos de esta zona que han declarado su apoyo al candidato republicano.